domingo, 27 de septiembre de 2020

MI HERMANA NAYIBE

Máximo Pleglucci escribió en un texto sobre los estoicos: “En todas las culturas que conocemos, ya sean seculares o religiosas, ya sean étnicamente diversas o no, la cuestión de cómo vivir es un tema capital. ¿Cómo deberíamos afrontar los retos y las vicisitudes de la vida? ¿Cómo nos deberíamos comportar en el mundo y tratar a los demás? Y la cuestión última: ¿cuál es la mejor preparación para la prueba final de nuestro carácter, el momento de nuestra muerte?”. Tengo una hermosa hermana, Nayibe, mayor como tres años que, hace 30 años se enfrenta a una enfermedad del corazón que le ha implicado dos operaciones a corazón abierto, llevar marcapasos y tener un régimen de pastillas absolutamente estricto. Aun así, es alegre, comprometida y enamorada de la vida, buena madre, mejor esposa y excelente hija.

Quiero dedicarle este escrito. Decirle en su favor, muchas cosas han cambiado para bien de la humanidad. Los dos últimos libros de Steven Pinker han sido escritos en este sentido.  Somos pesimistas por naturaleza, solemos dar por cierto los datos negativos y desconocemos que tan sólo 150 años antes la humanidad era muy distinta. Es cierto, cada época tiene su afán. Tengo una hija diabética, Isabella y de hecho el descubrimiento y creación de la insulina significó para los enfermos de diabetes la vida, vivir, que es una gloria. Steven Pinker, empieza en sus dos últimos libros, reconociendo que estamos viviendo una época mucho mejor que antes, con unos niveles de violencia bajos, nunca antes la humanidad había vivido esto y de igual manera nunca había vivido en medio de tantos avances tecnológicos que hacen la vida más fácil. Todo esto hace que vivamos en paz sustentada en los avances de la psicología moral, la democracia y los grandes avances científicos . Es un hecho, la glorificación de la violencia es cosa del pasado y hoy nadie se enorgullece de este factor oprobioso de tantas significaciones nefastas en la historia.

Los conceptos básicos y trascendentales de la filosofía fueron escritos hace muchos años, todos ellos han contribuido al bienestar de nuestra existencia y la racionalidad que sustentan nuestras instituciones y los marcos ideológicos, así como las relaciones entre el estado y sus gobernantes, las gobernanzas tienen muchos años. En sus meditaciones Marco Aurelio nos dice, categoriza: “la benevolencia, el ejemplo de una casa gobernada patriarcalmente, el proyecto de vivir conforme a la naturaleza; la dignidad sin afectación; el atender a los amigos con solicitud; la tolerancia con los ignorantes y con los que opinan sin reflexionar; la armonía con todos, de manera que su trato era más agradable que cualquier adulación, y le tenían en aquel preciso momento el máximo respeto; la capacidad de descubrir con método inductivo y ordenado los principios necesarios para la vida; el no haber dado nunca la impresión de cólera ni de ninguna otra pasión, antes bien, el ser el menos afectado por las pasiones y a la vez el que ama más entrañablemente a los hombres; Ahora que se habla de autodisciplina y responsabilidades individuales, las que se suman a los derechos colectivos, todas de orden moral, se entiende gran parte de los progresos en materia de integrales. El hecho que sendas sentencias de la corte suprema de justicia haya considerado el río Amazonas como sujeto de derechos, que se le haya aplicado el “Hebeas Corpus” a un animal maltratado constituye un avance sin igual en materia de derechos y el reconocimiento del ecosistema como eje de la supervivencia del planeta, considerar la biodiversidad en el mismo nivel hace parte de miradas integrales en materia de garantías de supervivencia.  

Le decía a mi hermana que todos estos presupuestos han enaltecido la vida. Un siglo antes que, realmente es muy poco, ni mi hija ni ella habían sobrevivido. Vivimos en el segundo país más violento del mundo. Desde hace más de un año, todos los días, óigase bien, todos los días, asesinan a un líder social y se produce una masacre, casi siempre incluye la muerte de un menor. El último libro de Juan Manuel Santos demuestra que Colombia debe ser optimista de acuerdo a su realidad, es más lo que logramos que nuestros vacíos.  

Esto da para vivir asustados y llenos de desesperanzas. Realmente no es así, mi hermana no solamente es feliz, sino que propugna por que otras personas lo sean.  Marco Aurelio categoriza en sus meditaciones : “La benevolencia, el ejemplo de una casa gobernada patriarcalmente, el proyecto de vivir conforme a la naturaleza; la dignidad sin afectación; el atender a los amigos con solicitud; la tolerancia con los ignorantes y con los que opinan sin reflexionar; la armonía con todos, de manera que su trato era más agradable que cualquier adulación, y le tenían en aquel preciso momento el máximo respeto; la capacidad de descubrir con método inductivo y ordenado los principios necesarios para la vida; el no haber dado nunca la impresión de cólera ni de ninguna otra pasión, antes bien, el ser el menos afectado por las pasiones y a la vez el que ama más entrañablemente a los hombres”.

El acecho de la muerte no es lo único que nos dejó esta pandemia que, entre otras cosas continúa, trajo consigo misma, que nos obligó a mirar a nuestros seres amados con los que vivimos y antes por afugias propias del sistema, nunca disfrutamos, gracias a ella hablamos mucho, antes estábamos lejos de dialogar, reconocer, asimilar lo que nos dicen. También reconocimos otras rutinas de suma importancia, el valor de la lentitud y la reflexión, la cuales prevalecen sobre el apuro, las urgencias y las carreras que la gente consideraba importantes, no tener tiempo era reflejo de ser importante, por cuatro meses desaparecieron todos estos simulacros, hoy el tiempo alcanza,  ojo, nos sobra…...  

A Nayibe mi hermana todo le angustiaba. Ahora con las reflexiones de su vida producto del enfrentamiento desigual con su corazón débil, ha entendido que es más lo que no produce tranquilidad que angustias, la angustia no es más que miedos encubiertos. Mi hermana lleva 30 años de casada, su esposo, se llama Rubén Rodríguez. Son el uno para el otro, encajan perfectamente muy a pesar de sus naturales diferencias. Tienen dos hermosos hijos, responsables, amorosos y solidarios, con huella visible de sus padres en todo lo que hacen. Hoy, creciditos, están casados, caminando cada uno sus propias rutas.

Rubén no sólo ha sido un esposo hacendoso y buen padre sino excelente compañero de Nayibe. La vida, como dice Séneca, en un libro hermosos que se llama "De la brevedad de la vida, es un milagro y una realidad inconmensurable. Todos los días hablo con mi hermana y todos los días le aprendo algo. Cuida de mi madre y sus palabras son coherentes y amables siempre.  Cuando hablo con ella, pienso que la vida vale la pena.

 

 


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