martes, 4 de julio de 2017

REFLEXIONES DE ALEJANDRO GAVIRIA SOBRE SU ENFERMEDAD.


El ministro de salud de Colombia es un pensador a carta cabal, sus columnas y libros son disertaciones muy lucidas sobre temas variopintos, siempre en torno a temas científicos, literarios y políticos, desde una perspectiva humanística, trayendo siempre temas y conexiones novedosas. Desde que supo de su enfermedad, un cáncer, el país ha estado pendiente de su estado, no deja de ser interesante todo lo que haga y diga, por ello transcribo esta entrevista que termina siendo una excelente reflexión sobre las paradojas de la vida que amerita ser divulgada.



(Risas).   Lo de la rapada todavía no es una realidad, fue una ficción de un medio de comunicación. Ya vendrá.


Le pido licencia para tratarle un tema muy personal, el de su enfermedad. ¿Cómo se hace el tránsito de pasar de rector de la salud a una camilla del sistema?


No ha sido fácil. No es fácil ni para el ministro de Salud ni para ninguna persona verse de un día para otro como paciente de una enfermedad complicada. He tenido momentos de tranquilidad, pero también de tristeza. Además, la dimensión pública de mi enfermedad ha sido más grande de la que yo esperaba.

¿Por qué?


Porque yo creí que el asunto iba a despertar alguna curiosidad, pero no tantos comentarios y reflexiones. Recibo cientos de mensajes diariamente. De todo tipo.


De pronto, por su condición de ministro de Salud, la gente se ha sentido con el derecho de preguntar un poco más que si se tratara de un particular. Mire lo que yo estoy preguntando…

Respondo con una reflexión que he hecho durante estos días y que ya había reiterado desde meses atrás. Uno de los mayores desafíos de nuestra sociedad, para que el derecho fundamental a la salud sea una realidad plena, es que la desigualdad en el acceso a la salud sea cada vez menor. Por eso, yo entiendo los reclamos y las voces de protesta. Cuando, por ejemplo, en las redes sociales alguien escribe, ¿ministro, usted cómo hizo para que le hicieran un examen en tan corto tiempo? Entiendo el clamor de la sociedad colombiana para que las desigualdades en el acceso a la salud desaparezcan. Esas críticas las respeto profundamente y sé que mi trabajo consiste precisamente en contribuir a cerrar esas brechas, que han disminuido de manera sustancial, pero todavía hay mucho por hacer.
Ha multiplicado mi aprecio y admiración por los trabajadores de la salud y me ha vuelto más sensible a muchos temas

¿Cuándo usted se vuelve paciente encuentra algo muy distinto de sus diagnósticos como ministro del sector?


Yo diría que no; no creo que mi experiencia actual haya cambiado mi forma de pensar. Pero sí reconozco que ha multiplicado mi aprecio y admiración por los trabajadores de la salud y me ha vuelto más sensible a muchos temas y problemas.


¿A cuáles temas?


En particular, en el tema de atención a pacientes con cáncer. Cuando un paciente me dice, no he podido conseguir la cita, está atrasada mi quimioterapia o me dieron la cita para la radioterapia pero me la cancelaron, para mí eso es muy duro, eso no puede pasar. O sea, en el tema cáncer, el acceso oportuno a los medicamentos y a los procedimientos de los pacientes es ahora una obsesión personal. Pero yo ya se lo decía a mis funcionarios desde mucho antes, si el sistema no atiende bien a los niños con cáncer, por ejemplo, nunca podremos dormir tranquilos. Allí no hay margen para errores o excusas.


¿A dónde lo llevan hoy sus reflexiones?


Recuerdo ahora que cuando estaba haciendo mi doctorado, me suscribí a la revista 'Scientific American'. Me gustaba mucho leer una columna de dos científicos estadounidenses que se llamaba ‘Conexiones’; era una celebración de las coincidencias, de la forma como se conectan el pasado y el presente. Allí no había nada de misticismo, simplemente una celebración del rumbo azaroso de nuestras vidas. He reflexionado sobre lo siguiente, sobre las conexiones en mi vida: como ministro de Salud hice la recomendación al Consejo Nacional de Estupefacientes para que suspendiera la fumigación con glifosato. ¿Sabe qué tipo de cáncer es el que está asociado con el glifosato? El linfoma no Hodgkin, el que yo tengo. Una conexión interesante. Y hay otras.

Lo escucho…


En mi tratamiento hay un medicamento clave, el Rituximab. Es un medicamento biotecnológico. Fue uno de los primeros a los que le redujimos el precio años atrás, mucho antes de mi diagnóstico. Esas
preocupaciones, que eran preocupaciones más generales, sobre el linfoma no Hodgkin o sobre el precio de los medicamentos contra el cáncer, yo de alguna manera ahora las personifico. Hay otra conexión. En las políticas preventivas, el cáncer ha sido desde el inicio una de mis preocupaciones principales. He promovido activamente la vacunación contra el virus del papiloma humano, a pesar de muchas críticas.


Cuyas virtudes el país habrá de reconocer en algún momento como política preventiva más importante de cáncer que ha implementado este país.


Y los impuestos al tabaco igualmente. Con los impuestos estamos disminuyendo la posibilidad de cáncer en el futuro. Acabamos de recibir un premio de la OMS que lo reconoce. Menciono una última conexión. Tengo un 'hobby' que pocos conocen, me gusta reseñar libros en internet. Reseñé dos tipos de libro con mucha asiduidad estos últimos años: unos sobre cáncer y otros sobre la buena muerte y la importancia de tener conciencia de la mortalidad.

¿Alguno que le haya impresionado especialmente?


Sí, un libro que escribió un joven neurocirujano estadounidense: era el médico estrella de la Universidad de Stanford y murió de un cáncer de pulmón. El libro tiene un título inquietante: 'Cuando el soplo se torna en aire'. Recuerdo una de sus frases: “Todas nuestras ambiciones son alcanzadas o abandonadas. De cualquier forma pertenecen al pasado. El futuro, en lugar de ser una escalera hacia nuestros objetivos personales, termina diluyéndose en el presente. Dinero, prestigio y todas las vanidades no son más que una forma fútil de perseguir el viento”. Hoy, este mensaje me resuena con fuerza. Coincide con uno que yo le había dado, antes de leer ese libro, a un grupo de estudiantes en Cali en la universidad de Icesi. ¿Por qué estaba tan interesado en el cáncer y en la necesidad de reflexionar y escribir sobre el tema de la mortalidad? Son las conexiones, no místicas, pero sí interesantes de la vida.

Sí, es muy coincidencial… Usted, antes que economista es un filósofo. ¿Qué tan golpeado está, en medio de su paradoja de ser el ministro de Salud?


Esto tiene muchos vaivenes emocionales. He sido capaz de afrontar las cosas con objetividad y cabeza fría, pero no puedo negar que en ciertos momentos, sobre todo cuando llego a mi casa por la noche y veo a mi hijo pequeño… es difícil.


¿Le da miedo?


Sí, me da miedo que mis hijos no puedan crecer conmigo.

Dio mucho que hablar en las redes sociales que usted se reconociera como un ateo manso. ¿Ha cambiado su visión de Dios desde su enfermedad?


No ha cambiado nada, pero sí me ha exacerbado el existencialismo. ¿Cómo construir significado a pesar de nuestra finitud, de nuestro tránsito efímero por este planeta? Mi hijo me decía hace poco: “Papi, somos un punto”. Y yo le respondí: “Así es, somos un punto en el tiempo y en el espacio”. Tal vez lo más bonito que he leído en estos días es una reflexión que escribió la esposa de Carl Sagan días después de la muerte de su esposo. Él también era ateo. Y decía su esposa algo como lo siguiente –cito de memoria–: “Ya no nos vamos a encontrar. La muerte es para siempre. Tengo que vivir con esa certeza que me hace infinitamente triste, de que a la persona que yo más quise en la vida no la voy a volver a ver”. Pero decía al mismo tiempo lo siguiente: “En este espacio infinito y en la inmensidad del tiempo, coincidimos por muchos años y tengo que ser capaz de celebrar esa coincidencia, esa casualidad, esa conexión
que lo justifica todo”. También he vuelto a releer El Mito de Sísifo de Albert Camus.


¿Por qué se identifica con Sísifo?


Sísifo se levanta cada mañana, arrastra la roca hasta la cima de la montaña, y esta vuelve y cae. Decía Camus: Sísifo cuando llega a la cima de la montaña y va de regreso, de pronto se ríe, es feliz porque a esta actividad, tal vez inane de subir y bajar haciendo lo mismo, que es nuestra vida, él le encontró un significado. Yo no me voy a convertir a ninguna religión, pero sí voy a seguir, María Isabel, enseñando y reflexionando sobre la importancia de buscar un significado, un propósito. Con mi familia leemos poemas a veces, es casi como rezar.

¿Cuál poema se le viene a la cabeza?

Hay uno que nos gusta de Eugenio Montejo, un poeta venezolano, que dice en una de sus últimas estrofas, “solo trajimos el tiempo de estar vivos entre el relámpago y el viento; el tiempo en que tu cuerpo gira con el mundo, el hoy, el grito delante del milagro; la llama que arde con la vela, no la vela, la nada de donde todo se suspende, eso es lo nuestro.


MARÍA ISABEL RUEDA


Especial para EL TIEMPO

2 comentarios:

  1. Hola "Gracias a Dios por el maravilloso poder curativo que el Dr. Ahmed Ali trajo a mi vida con su poderosa medicina, me diagnosticaron cáncer durante más de 6 años, lo que me ha llevado a estar desempleado y a perder mi relación con mi prometido después Escuchando que estaba sufriendo la enfermedad, hasta que un amigo mío me contó sobre el Dr. Ahmed Ali, el gran sanador y sus comentarios de curación en YouTube de que ayudará a restaurar y sanar a mis pacientes con su poderoso hechizo de curación, ella me dijo que envió un correo electrónico a la dirección del Dr. Ahmed Ali, y lo contacté rápidamente. Él respondió a mi correo electrónico después de 30 minutos, me dijo que la enfermedad era pequeña y menor, que solo resolverá la enfermedad de inmediato si puedo aceptar lo que pidió Yo dije que sí, porque realmente sabía que "el cáncer es malo". Hice lo que él quería conmigo y después de dos días me envió su poderosa medicina, después de usarla, por ejemplo, durante una semana, los problemas se resolvieron. en adelante, él me dijo que hiciera un chequeo, lo cual hice, luego él co confirmado por mi documento o que ahora era `` NEGATIVO '' Fue una bala ganada, esta enfermedad ha expulsado muchas cosas de mi vida, mis amigos, mi prometido y mi trabajo, voy a hablar de este hombre hasta que todos Convierte. Puede contactarla en su Gmail: Drahmadremedies@gmail.com o número de WhatsApp; +2348034811617 .. También puede tratar el VIH / SIDA, el herpes, los fibromas y muchos otros, detengamos el cáncer

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