viernes, 30 de mayo de 2014

ENTREVISTA DE FERNANDO QUIROZ AL ESCRITOR JUAN ESTEBAN CONSTAÍN.



Hay escritores de una calidad, rigor, con una obra excelente, que ratifica lo expresado con creces. Este es el caso de Juan Esteban Constaín.  El diario el “Tiempo” de Colombia publicó en el día de hoy una entrevista excelente que lo descifra magistralmente y la cual trascribimos en este blog, pues consideramos a todas luces que su divulgación es de suma importancia.

De verdad, Juan Esteban Constaín podría ser antipático; o eso que algunos llaman inmamable. Habla a la perfección siete idiomas, traduce del latín, del griego y del inglés antiguo. Ha escrito varias novelas, entre ellas '¡Calcio!', sobre el primer partido de fútbol de la historia, con la cual ganó el premio Espartaco, en Gijón (España). Tiene varios diplomas, incluido uno que lo acredita como historiador del Mediterráneo. ¡Y ni siquiera ha llegado a los 40! Podría ser antipático, pero entre sus muchas virtudes están la sencillez y la generosidad. Mitad payanés, mitad italiano, profesa inmenso cariño por la patria de su nonna, y alimenta ese amor con pasta y vino y libros, y comiéndose un tiramisú adondequiera que vaya. Columnista, profesor universitario y reconocido narrador, solo requiere para escribir un poco de silencio, una Coca-Cola en lata y caminar en círculo durante un par de minutos. Le queda tiempo para tocar guitarra y para volver todas las veces que pueda a las canciones que llevaron a la gloria a los Beatles, los Rolling Stones y Pink Floyd. Hace poco publicó 'El hombre que no fue Jueves', una novela culta y divertida inspirada en el escritor inglés G. K. Chesterton, a quien considera, además de gran escritor, “un gran humorista y un gran cristiano”. En esta obra llega hasta las intimidades del Vaticano, a propósito de un proceso que pretende declarar santo al narrador anglosajón. Una de las palabras que a Constaín le resultan más divertidas es un insulto que usaba Condorito: descriteriado.

1. ¿Escribir para qué?


Para celebrar las mejores cosas de la vida y para curarnos de las malas, o por lo menos para descifrar y ahuyentar su sombra.
2. ¿Qué cualidades requiere un buen maestro?


La pasión por lo que enseña. La compasión. El amor por sus discípulos.
3. ¿Disfruta más enseñando o escribiendo?


Hoy, escribiendo. Aprendiendo, siempre.
4. ¿Qué máxima rige su vida?


Una en latín: “Cave obdurationem cordis”. Cuidado con que se
te endurezca el corazón.
5. ¿De dónde le viene su inmenso amor por Italia?


De mi abuela materna, mi 'nonna', que era italiana. De los años que viví allí. De su belleza y de su caos.
6. En El hombre que no fue Jueves dice que a los italianos nada les importa más que la comida. ¿Cuáles son sus platos italianos favoritos?


La pasta a la guitarra que hacen en Fresagrandinaria, de donde eran mis abuelos. La delizia al limone que se come en la Costa Amalfitana.
7. Los rincones italianos a los que siempre vuelve.

Venecia y Padova. Y el mejor rincón: la heladería Old Bridge de Roma.
8. En su reciente novela se mete a las entrañas del Vaticano. A hoy, ¿cómo están sus cuentas con la Iglesia Católica?

En sobregiro, por supuesto. Pero si Dios es como debe ser, allá no hay Datacrédito.
9. ¿Qué opinión le merece el papa Francisco?


Es protagonista de mi novela, así que muy buena. Un argentino y jesuita que logra que todo el mundo diga que es humilde, ya me parece casi un milagro.
10. ¿Mar o montaña?


Mar. O mejor: las montañas de la Costa Amalfitana, que desembocan en el mar.
11. ¿Nueva York o París?


Londres, que es como Nueva York (y en algunas cosas mejor) pero con París al lado.
12. ¿Quiénes son sus escritores de cabecera?


Charles Dickens, Joseph Conrad, Antonio Machado, Álvaro Mutis, G. K. Chesterton, Nicolás Gómez Dávila, Aulo Gelio, Jorge Luis Borges, Henry de Montherlant, Álvaro Cunqueiro.
13. Se sabe de su afición por el rock. ¿En este género, cuáles son sus tres canciones favoritas?


'A day in the life', de los Beatles. 'Wild Horses', de los Stones.
'Shine on you crazy diamond', de Pink Floyd.
14. ¿Cuál ha sido el momento más feliz que le ha deparado el
rock?

Cuando vino Paul McCartney a Bogotá. Cuando vi en vivo a los Rolling Stones, en diciembre de 2012.
15. A propósito, ¿qué es la felicidad?


Lo que siento cuando veo a mis hijas. Llegar a mi casa, donde está todo: el amor, los libros, los postres de Virgi, que son los mejores del mundo.
REDACCIÓN CARRUSEL 











viernes, 23 de mayo de 2014

JOSE RUFINO CUERVO


Fernando Vallejo, dictará una conferencia sobre José Rufino Cuervo, sobre el que está preparando una biografía. Vallejo, indudablemente es muy riguroso en sus estudios, sus trabajos sobre Silva y Porfirio lo confirman. Muchas veces le ha recordado al país su insomnio imperdonable con ciertos personajes, la importancia de este filólogo, dentro de la historia cultural del país, para la literatura y para aquellos estudiosos de la lengua castellana. No sé, si repetirá algunos de los apartes del escrito aparecido en Malpensante, en todo caso, la ocasión está, para alquilar balcón.

La vida de Rufino da para una buena novela. Son pocos los trabajos accesibles al público muy a pesar de conocer que, en la biblioteca del instituto hay muy valiosos documentos, que no están en la red. “Hijo de Rufino Cuervo, vicepresidente de la República durante el mandato del general Tomás Cipriano de Mosquera, y de doña Francisca Urisarri, dama de ascendencia vascongada, piadosa y de agradable trato, que conservó en su familia las austeras y puras tradiciones de sus antepasados, Rufino José fue el último de siete hermanos, tres de los cuales murieron en la niñez y juventud”. Su familia fue vital para su formación. Es un hecho indiscutible la ascendencia de una excelsa burguesía, letrada para su favor, le permitió una formación excepcional para la época.

Silvia Rojas, en un trabajó publicado en la red, hace una síntesis detallada de lo que fue su educación:

 Su intensa religiosidad y devoción por la ciencia, posiblemente resultado de la influencia de sus antepasados, donde se cuentan un presbítero, un obispo, un arzobispo, próceres de la Independencia de la Nueva Granada, gentes relacionadas con el gobierno, militares, exploradores, escritores y naturalistas, fueron los aspectos que marcaron su vida. Bautizado por el ilustrísimo señor Manuel José Mosquera, amigo de su padre, su infancia transcurrió en la casa paterna, ubicada cerca de la catedral, donde vivían las familias distinguidas. Allí recibió, directamente de su padre, las primeras enseñanzas, debido al caos en que se encontraba la educación después de la expulsión de los jesuitas en 1850. Su enorme capacidad de asimilación y observación permitió que los preceptos y normas visto en el padre y captadas en la tradición familiar, fueran moldeando su espíritu; por otra parte, los elementos de geografía y gramática que recibió durante su primera educación, fueron decisivos en el desarrollo de sus posteriores estudios sobre la lengua. Muerto su padre en 1853, Cuervo ingresó al Liceo de Familia, dirigido por su hermano mayor Antonio Basilio, donde enseñaban profesores como Pedro Fernández Madrid, el ex presidente José Ignacio de Márquez y Antonio José de Sucre, quien viendo la disposición para los idiomas de Cuervo y Miguel Antonio Caro, los separó de los demás alumnos, para darles lecciones especiales de latín y castellano. En 1860 Cuervo estudió con don Santiago Pérez, quien introdujo las enseñanzas gramaticales de Andrés Bello en Colombia. En 1861 estudió lógica en el Colegio San Bartolomé, pero su permanencia allí fue corta, puesto que la comunidad jesuita fue nuevamente expulsada del país. Así, a causa de la inestabilidad política y social imperante en Colombia, la educación intelectual de Cuervo no pudo ser continua, coherente y metódica; con todos los claustros clausurados en 1861, su educación llegó a un fin prematuro cuando tenía 17 años.
Después se dedicó a la enseñanza, dicen sus biógrafos, que fue por necesidad, lo cierto es que en estos menesteres, su proceso de formación se consolida. Vallejo recuerda:


A los 23 años, y con su amigo Miguel Antonio Caro, de su edad, Rufino José escribió una gramática latina, verdaderamente portentosa. Y a los 28, ahora solo, el primer libro de dialectología de la lengua castellana, las Apuntaciones críticas sobre el lenguaje bogotano.

Estaba perfilado a temprana edad un filólogo fuera de serie, una autoridad inigualable, un lingüista a carta cabal y gramático sin par, en un siglo en que Bogotá era relevante por el culto del idioma. Al respecto, Silvia Rojas escribe:


Según Fernando Antonio Martínez, este trabajo fue considerado por la Real Academia Española, una obra magistral y la mejor de su género escrita en castellano>. Caro y Cuervo, las dos figuras más notables de la filología, aparecen aquí unidas en el plan pero distanciadas en el desarrollo. Según Martínez, la analogía, parte que correspondía a Cuervo, fue considerada como un análisis sagaz; la sintaxis, ejecutada por Caro, una síntesis completa. Así, la Gramática latina revela el trabajo conjunto de un erudito de la lengua y un filósofo del idioma.

Estamos frente a un filólogo en armas, completo, con preocupaciones muy puntuales y de seguro, predestinado a cumplir una tarea descomunal. Vallejo lo sintetiza magistralmente:

Cuervo quiso apresar un idioma de mil años, de la A a la Z. Empresa tan imposible como la de quien quisiera meter en un balde al río Cauca.

Recuerda Vallejo como “En el siglo XIX el castellano se estaba afrancesando; hoy es un adefesio anglizado. La lucha del presidente Marroquín, de la Academia Colombiana de la Lengua, y la de sus compañeros Caro y Cuervo contra los ques y los gerundios galicados fue en vano.” Es un hecho, existía una preocupación científica por el idioma:

“Su meta era elaborar un diccionario que reuniera las etimologías, las autoridades y las comparaciones. Pero consciente de que esta labor le era imposible, puesto que no contaba con los elementos necesarios para un trabajo de tal envergadura, Cuervo decidió sacrificar su ambición y reducirse a lo posible: en lugar de un diccionario general, elaboraría otro, en el cual figuraran solamente las palabras que tuvieran un valor sintáctico importante en la frase. Así, en 1872 Cuervo comenzó la lectura de los clásicos, subrayando las palabras notables de cada escrito. El léxico, las construcciones sintácticas de todos y cada uno de los maestros de la lengua, fueron quedando fijados poco a poco en tarjetas. “

Este trabajo, que implicaba una dedicación total por la magnitud de la empresa, les llevó a él y a su hermano Ángel a tomar decisiones todas encaminadas a este propósito, la más radical, quedarse en Paris. El primer viaje fu 1878 y el definitivo en 1882.


En esta etapa de su vida, se consolida su obra mayor, igualmente se ganó un prestigio y respeto como filólogo en la ciudad luz, que le permitió granjearse con una pléyade de estudiosos del viejo continente y mantener un intercambio epistolar, cuya consulta resulta imprescindible para entender gran parte de su trabajo.


Vallejo al respecto dice:


“Lo que en cambio sí no nos contó Ángel fue el segundo viaje, que es el que a mí me importa: el que para él duró 14 años y para su hermano 29 y que para los dos terminó en la muerte, en París. Murieron ambos sin volver. ¿Extrañando a Colombia? Es lo que quisiera saber. ¿Pero cómo? ¿Cómo si lo que nos dejó Rufino José, quitando su diccionario empezado, fueron centenares de cartas de una correspondencia con lingüistas, hispanistas y filólogos de toda Europa? Con Pott, Schuchardt, Volmöller, Blumentritt, Tannenberg, Morel Fatio, Foulché Delbosc, Dozy, los más grandes de su tiempo.”

Como describir y descifrar aspectos de una personalidad excepcional a partir de su correspondencia, de los testimonios de la época y del propio trabajo de José Rufino, será tarea de sus biógrafos. Dice la ensayista Silvia, con acierto sobre esta época:


"Tres años después, en 1882, su anhelo de varios años se hizo realidad: los hermanos Cuervo cedieron la cervecería, y viajaron a París, donde se radicaron. Recorrieron toda Europa, Tierra Santa, Egipto y Arabia, estudiando a fondo las lenguas de esos pueblos, estableciendo amistad con sus gramáticos y adquiriendo colecciones de sus literaturas. La vida parisiense de Cuervo se puede asimilar a una existencia de carácter religioso. Iniciaba su trabajo cotidiano al alba, dedicándose especialmente al Diccionario de construcción y régimen de la lengua castellana. Las obras de Cuervo se ubican dentro del pensamiento lingüístico dominante en su época, y la manifestación de su pensamiento científico, que se refleja en su actividad de investigador, podría señalarse en su idea del lenguaje. Para Cuervo, el lenguaje es un mecanismo que está en constante transformación, de acuerdo al tiempo y a los constantes cambios de la sociedad. De esta manera, la lengua puede modificarse hasta el punto de convertirse en otra, lo que implica que el idioma no es idéntico ni en el tiempo ni en el espacio. La lengua es un conjunto de hechos que se explican históricamente, además, se debe tener presente que el clima, el dominio de ciertas profesiones y la naturaleza realzan ciertos elementos que introducen nuevas asociaciones de ideas; así se origina una alteración lingüística cuyos principales agentes son la evolución fonética y la analogía. Pero esta alteración no sólo se produce en el lenguaje figurado o en maneras generales de expresión, sino también en la forma material de las palabras y su construcción, donde las palabras se agrupan de acuerdo a su significado o forma. Estos elementos fueron los supuestos teóricos que sostuvieron su tesis de la fragmentación del español en América. Por otra parte, la obra de Cuervo se encuentra compenetrada con los principios de la lingüística del siglo XIX, en la cual predominaban el historicismo, el radicalismo y el positivismo, junto a la idea de ajuste a la realidad, a los puros hechos. Cuervo, trabajando conforme al método del positivismo, veía en la historia un concepto realmente fecundo y le daba la importancia requerida, ya que, en cierto modo, los estudios gramaticales de índole descriptiva lo llevaban a explorar y determinar a través del tiempo las variaciones de la lengua, según dice Fernando Martínez. Así, este concepto domina en todos los trabajos de Cuervo, pero lo aplica de una manera rigurosa en dos escritos: "Disquisiciones sobre, antigua ortografía y pronunciación castellanas" y "Los casos enclíticos y proclíticos del pronombre de tercera persona en castellano".

Alguien debería atreverse a reconstruir este itinerario en una novela. Están todos los elementos para un trabajo de este tipo. Vallejo, termina su artículo para la revista “Malpensante” con algunas preguntas muy interesantes, que deberán ser resueltas, pues constituyen una suma importante de inquietudes de su biografía. Termina Vallejo con este acápite:

"¿Cómo pudo vivir Rufino José sin su hermano Ángel 15 años? Quince años solo. ¿Y por qué dejó el Diccionario de construcción y régimen empezado, en el volumen 2 y en la letra E, si ya tenía el fichero para la totalidad de las letras y el dinero para imprimir la obra completa? ¿Por qué no siguió? ¿Porque se desilusionó de su obra? ¿Porque vio lo inútil que era? Inútil es todo, don Rufino José, la vida misma, que uno llena con otras inutilidades. La máxima locura que ha producido la raza hispánica, por sobre la de Don Quijote, es la tuya, tu diccionario, delirante, desmesurado, hermoso con la hermosura que tienen las grandes obras sin sentido ni razón. Pretendiste apresar en siete tomos todo el caudal de tu idioma. Imposible. El idioma es como un río que no agarra nadie. El río fluye y se va. El idioma es fugaz, deleznable, cambiante, pasajero, traicionero. Como Antioquia."


Este es un hombre muy grande para nuestras letras, la tarea es divulgar su obra y su vida, pues solemos olvidar muy fácilmente. 



CESAR HERNANDO BUSTAMANTE

sábado, 17 de mayo de 2014

ESTUVIMOS EN EL BAZAR DEL BARRIO LAURELES DE MEDELLÌN



Cada dos meses este hermoso barrio organiza una feria alrededor de los bajos precios, ofertas de ocasión y lanzamientos de productos. El sábado a  “Dirato Libros” le tocó la primera convocatoria de este tipo. Los comerciantes sacaron sus productos de feria a la calle en hermosos toldos perfectamente decorados, los adornaron  y por la gracia de la reverberación en las líneas de descuento, la calle se convirtió en un hermoso bazar, donde los vecinos no solo compraron sino que compartieron, esto quiere decir que la calle terminó convertida en punto de encuentro, en un sitio de exploración, de comunicación.
Fue un deleite, no solamente tuvimos una asistencia importante, sino que nuestros vecinos conocieron la filosofía del lugar. Recordemos que esta es una librería de selección, no solamente vendemos lo que tenemos en  estantería sino que traemos los recomendados o lo requerido por los clientes que no siempre son libros y sobre todo siempre tratamos de compartir sobre los textos.
La sorpresa fue mayor cuando en esta feria, descubrimos que la gente estaba ávida de un lugar para tertuliar, compartir, de hecho muchos se comprometieron en este día con el lugar y en la semana confirmaron con gratitud, pues nos visitaron y volvimos a compartir gratamente.
Esta semana inauguramos nuestro revistero, esperamos vincular a las universidades con sus fondos editoriales, de igual manera estamos a la espera para traer los sellos editoriales más importantes del país.
No es fácil consolidar un sitio de este formato, pero somos absolutamente conscientes que el esfuerzo vale la pena. La otra semana comenzaremos con los conversatorios. Es importante estar atentos a la convocatorio


viernes, 9 de mayo de 2014

FERIA DEL LIBRO EN LAURALES

El dìa 5 y 6 del presente mes tendremos una oferta de libros dentro de la feria del descuento organizada en el barrio "Laureles" de Medellín.
No solo pondremos a disposición de nuestro publico una oferta de buenos textos sino que estaremos atentos para explicar nuestro servicio de suscripción.
DIRATO se enorgullece de participar por primera vez en este tipo de convocatoria.


domingo, 4 de mayo de 2014

LAS NUEVAS GENERACIONES EN LA FERIA DEL LIBRO

Adriana Martinez


"Dirato Libros"  no suele regodearse en la referente nostalgia que ratifica solemnemente: “Qué todo pasado fue mejor”, reconoce todos los aportes, recibe la posta, pero cree que las generaciones individualmente son importante en la medida de cada circunstancia, cada quien en su tiempo diría. En todo caso hay una serie de jóvenes destacados hoy, en una edad sorprendente. El caso de Camila Zuluaga en la W no es casual, su capacidad y arrogancia, como lo decía el poema de Mario Rivero : “Juventud arrogante e impetuosa” es emblemática: Inteligente, honesta, perseverante y lúcida. Sus columnas las encuentra en:

http://elpueblo.com.co/62652-2/columnas-de-camila-zuluaga/


En la feria se encuentra gente capaz y joven de sobremanera. Por ejemplo la Actual Coordinadora de Programación Cultural de la Cámara Colombiana del Libro, se llama Adriana Martínez, miren su perfil: “Comunicadora social de la Pontificia Universidad Javeriana y máster en Gestión de la edición de la Escuela Superior de Comercio de Paris. Cuenta con más de diez años de experiencia en las áreas de coordinación, edición, compra de derechos internacionales de publicación y marketing en distintas editoriales en Colombia y España. Ha trabajado como editora responsable y jefe de producto de literatura infantil y juvenil para la Oxford University Press, como gerente de línea de Parramón Ediciones, editora del Grupo Editorial Norma y docente de la Pontificia Universidad Javeriana”. Otro es Amadeo Gonzalez


Amadeo Gonzalez

 “Ilustrador, diseñador gráfico, historietista y músico autodidacta. Creó en 2001 la revista de historieta Carboncito. Ha realizado otras publicaciones como "Horrible y divertido", "Summer Dog" y "Tránsito intestinal". Ha montado exposiciones individuales y ha formado parte de varias muestras colectivas nacionales e internacionales. En su obra podemos encontrar diferentes técnicas como serigrafía, acrílico, tinta china, dibujo a mano alzada y dibujo digital. Los personajes y escenarios que realiza siempre lucen una ligera dosis de humor. En 2011 grabó el disco "Mostros, Marcianos y Rocanrol". Actualmente, trabaja como profesor de historietas y edición de fanzines en el espacio "Los únicos", que dirige junto a la artista gráfica María Teresa Cánep”. Andres Barba Andrés Barba”. Otro es Sergio Vilelela: “Nació en Lima, Perú, en 1979. Es autor de “El Cadete Vargas Llosa”, una biografía de los años que el famoso novelista pasó en la Academia Militar Leoncio Prado. Se tituló como periodista en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas. Ha colaborado en publicaciones como El Malpensante de Colombia y El Dominical y El Comercio de Perú. En 2003 obtuvo una beca de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano para asistir a un taller conducido por Alma Guillermo Prieto en Cartagena, Colombia. Fue productor de contenidos de Canal N de Lima y sub-editor de la revista peruana de periodismo literario Etiqueta Negra, donde ha escrito sobre una gran variedad de temas. Actualmente es el Director Editor del Grupo Planeta para el Área Andina”. Soraya Bayuelo “Ganó el Premio Nacional de Paz en 2003 pero éste no es su mayor mérito. Enseñarle periodismo a más de seis mil jóvenes de la región de Los Montes de María, es su logro más preciado. Junto con Beatriz Ochoa, esta comunicadora social y periodista de la Universidad Autónoma del Caribe, fundó el ‘Colectivo de Comunicaciones Montes de María Línea 21’. Desde ahí adelanta trabajos investigativos y de acompañamiento a la población afectada por el conflicto armado, especialmente a mujeres, campesinos, niños, niñas y jóvenes de los Montes de María, la Serranía del Perijá y el Magdalena Medio. Todos sus esfuerzos los percibe como una escuela de periodismo para el cambio social, de ahí que su trabajo comunitario y entrega a los procesos de lucha y resistencia de sus congéneres, refleje un impacto positivo a nivel local, regional y nacional.

La revista “Semana” de Colombia público sobre la generación ganadora y talentosa con proyectos de invención e innovación.
Ha sorprendido la delegación Peruana en la feria, saliéndonos del tema.“La industria editorial peruana está presente con cerca de 10.000 libros que llevarán más de sesenta editoriales y con una delegación de autores, entre los que se destaca – obviamente – la presencia del Premio Nobel Mario Vargas Llosa, además de investigadores en temas culturales e  invitados especiales entre los que se encuentran destacados creadores de diferentes disciplinas artísticas y un selecto grupo de chefs. El pabellón 4, que es el destinado al invitado de honor, fue rediseñado para homenajear la biodiversidad del país inca y para exhibir una librería de 500 metros cuadrados y 15.000 libros de editoriales y autores peruanos. Además siete serán los restaurantes participantes en la feria, una barra con muestras de pisco y ediciones de lujo de libros de cocina adornarán la parte gastronómica del pabellón y la feria”.




viernes, 2 de mayo de 2014

FERIA DEL LIBRO DE BOGOTÁ



La feria del libro de Bogotá se desarrolla con éxito, los conversatorios, conferencias y lanzamientos han sido de absoluta importancia. A la expectativa que ha generado el país invitado Perú, con Mario Vargas Llosa se suma la cantidad de conferencias y eventos de cada día.
El evento ferial constituye un esfuerzo descomunal y un aporte sin igual alrededor del libro. los organizadores de la Filbo estiman que este año recibirán en Corferias a cerca de 430.000 visitantes, habrá 420 expositores y se llevarán a cabo alrededor de 1.300 actos culturales:

Hoy por ejemplo hay un evento especial para los amantes del cine A las 9:30 de la mañana, la cineasta y literata Rossana Díaz Costa brindará una charla magistral en la Cinemateca Distrital. Cine peruano para amantes de las buenas historias.

RICARDO SILVA ROMERO EN LA FERIA DEL LIBRO DE BOGOTA

Hemos querido  reproducir esta entrevista aparecida en el periódico "El tiempo" de Colombia, a propósito de la feria del libro por efectos del lanzamiento de su ultima novela " El libro de la envidia, de la mano de Carlos Restrepo.

SILVA REVIVE HIPÓTESIS DEL CRIMEN DE JOSÉ ASUNCION SILVA



Cinco libros escritos, cerca de siete años dándole vueltas en la cabeza y la lectura de muchas obras de la Bogotá del siglo XIX fue lo que le costó al escritor bogotano Ricardo Silva Romero darle vida a 'El libro de la envidia', su nueva novela, que presenta en esta Feria del Libro de Bogotá. (Vea más información sobre la Feria del libro)
La obra bien pudo venirse cocinando desde la infancia de Silva, cuando se obsesionó con una caricatura del ‘Loco Cacanegra’, dibujada por pluma del famoso artista José María Espinosa en una pared del corredor de su casa paterna. Luego averiguó que se trataba de un personaje de la segunda mitad del siglo, que deambulaba por las calles santafereñas.
La novela comenzó a cobrar vida cuando el autor entendió que ‘Cacanegra’ era el preciso para articular otro tema que le intrigaba sobremanera: el supuesto asesinato del poeta José Asunción Silva, de quien se tiene por cierto que se suicidó en su casa de la Candelaria (hoy Casa de Poesía Silva).
“Siempre veía aquella ilustración trágica y cómica del ‘Loco’, y era cuestión de tiempo y de justicia imaginarlo como una persona. El poeta José Asunción Silva terminó de conmoverme por obra y gracia de El corazón del poeta, la estupenda biografía que escribió Enrique Santos Molano, y que mi papá, Eduardo Silva Sánchez, me recomendó en 1999. Un día, hace tres años, me pareció increíble que no se me hubiera ocurrido antes que el ‘Loco’ fuera a la Bogotá de 1896 a denunciar que Silva no se suicidó, sino que lo mataron”, explica Silva.
¿Cómo fue la investigación para esta novela?
Fue el montaje de una amplia biblioteca sobre la Bogotá del siglo XIX, cuyos libros fueron fundamentales durante la escritura y hasta me acompañé de la música de 1800. Leí todo lo que hay sobre Silva: de sus biógrafos mediocres a sus propias cartas. Luego releí por segunda vez El corazón del poeta, para que no se me escapara en ningún momento el espíritu del poeta y no se me perdiera de vista la hipótesis del asesinato.
Usted anota que se nos ha querido vender la imagen idealizada del suicida por amor. ¿Por qué se inclina por los que sostienen que en realidad el poeta fue asesinado?
Creo que se trata de un doble asesinato. Que lo mataron, pusieron en escena el suicidio: el revólver en la mano, el libro trágico abierto. Y después sus ‘biógrafos’, muy a propósito, lo pusieron en la historia como ese poeta suicida, lánguido y romántico y pedante y endeudado hasta el último día, que no fue, pero que suena mejor. ¿Por qué nadie –ni siquiera la madre y la hermana de Silva, que dormían en los cuartos del lado– escuchó el disparo en la madrugada de la silenciosísima Candelaria de 1896, donde apenas se escuchaban las ominosas campanadas de las iglesias?
¿Por qué si todas las piezas del asesinato encajan en la biografía de Santos Molano, el lector prefiere la hipótesis del suicidio?
Por lo mismo por lo que el lector prefiere quedarse, por ejemplo, con la idea de que Colombia ha sido una sociedad democrática o con la impresión de que la selección colombiana de fútbol de 1994 no estaba cercada por la mafia: porque una sociedad varada en el principio –que sólo tenga tiempo para sobrevivir– prefiere el mito a la historia. Además, el suicidio suena romántico y poético, y lleno hastío, como cualquier bogotano. Algo más: los crímenes sin resolver son la marca de estilo del país.
¿Es posible determinar quiénes podrían haber sido los asesinos de Silva?
Podrían decirse los nombres de los asesinos: un grupo de vergonzosos aristócratas bogotanos, dignos de hoy y de siempre, que participaban en una operación de falsificación de billetes, y que, como buenos conspiradores, decidieron matar a Silva y hacerlo pasar por suicida. Sin embargo, teniendo en cuenta los 118 años que han pasado –“118 años de encubrimiento”, habría titulado García Márquez–, la mejor manera de denunciarlos es la ficción. Cuando Enrique empezó a leer El libro de la envidia, y pasó por la escena del asesinato, me dijo: “Así fue”. Más adelante, me dijo: “Sí, fueron esos”. Que, por respeto a sus familias, tienen los nombres cambiados en la novela. Y en últimas ya son personajes de una ficción.
¿Son reales los personajes?
Hay personajes reales que necesariamente tuvieron que ser imaginados y hay personajes imaginados que se parecen mucho –mucho– a los reales. Aparecen, de la historia de la ciudad, José Asunción Silva, Julio Flórez, Rafael Pombo, Oreste Síndici, y más. Del ‘Loco Cacanegra’ real sólo quedaba su caricatura, y esta novela es entonces la invención de su vida. Y sin embargo los personajes más presentes en el libro, aquella prostituta liberal, la Virreyna, ese inspector conservador, Próspero Quijano, son creaciones inspiradas en hombres y mujeres que caminaron esa Bogotá.
Hay un dejo de nostalgia del autor por esa Bogotá de antaño...
Soy consciente de que viví fascinado por esa Bogotá y enamorado de esos personajes mientras investigué y escribí y corregí esta novela. Quizás la palabra sea nostalgia; sí, cierta tristeza por lo que está tan lejos. Pues por esa Bogotá que hemos pisado todos, por ciertas calles de La Candelaria que hemos recorrido (que pese a todo han sobrevivido al muy bogotano empeño de tumbar y que no quede nada de la historia) pasaron Silva, Pombo, Flórez, el ‘Loco’, la Virreyna.
A otro de los personajes, la Negra tarotista, le encantan los versos de Candelario Obeso. ¿Es un tributo a uno de sus géneros literarios consentidos: la poesía?
El libro de la envidia no sólo está lleno de poemas y de poetas, sino que busca sonar, avanzar, y llegar a un verso final como un poema. A fuerza de escribir versos, he querido que cuando esté escribiendo prosa, desde columnas a novelas, esté también contando sílabas y descubriendo modos de decir lo que estoy viendo, y hallando atajos inesperados a los misterios que no se nos revelan. Sí, esta historia y estos personajes están unidos por las palabras y sus sentidos y sus pequeños sonidos.
Sorprende ahora, con esta narración innovadora, que se funde con la crónica. ¿Fue este uno de los retos que se planteó?
Yo no quería que sonara a fábula, aunque lo sea, sino a crónica desde el lugar de los hechos. Por eso la historia está narrada en presente y sucede el mismo día. Porque está ocurriendo ahora mismo, ya. Porque estamos ahí: vemos las grietas, las ventanas abiertas, las tejas rojas y la nueva edición de El Telegrama. Para eso me serví de decenas de relatos de esos tiempos, de mapas, de periódicos, de directorios que encontré en los más completos archivos de la ciudad.
A esto se une otra clave de la estructura del libro: todo ocurre en un día, el 31 de agosto de 1896...
Pude comenzar a escribir apenas decidí que todo sucedería “el 31 de agosto de un año que no diré…”. Pensé en narrar tres días, pero noté que con un día era suficiente, pues me empujaba a incorporar las vidas de los personajes en el recorrido por Bogotá, e invitaba al lector a imaginar los días siguientes. Parece que va a llover, novela que publiqué hace diez años, sucede en doce horas en la Bogotá de comienzos de este siglo. Tenía claro que en un día puede suceder todo.
¿Qué tan diferente es esa Bogotá de la novela a la de hoy?
Es evidente que Bogotá no creció, sino que se derramó, y pasó de ser una mancha a ser un monstruo. Pero en el fondo sigue siendo la misma ciudad, enemiga de quienes la habitan y amaestrada por una élite pequeñísima que se atrinchera en el buen uso del lenguaje y en la importancia de los apellidos. Me temo que, por cuenta de estos pocos dueños, Colombia ha estado habitada por hijos ilegítimos, y Bogotá es la capital.
El padre de Silva se llamaba Ricardo. ¿Hay algún parentesco suyo con esos Silva?
Silva no tuvo hijos, pero el apellido, según lo investigó mi tío Guillermo, que murió el año pasado, al parecer viene del mismo lugar. No me atrevería, sin embargo, a hablar de parentesco. Quizás era inevitable que me sentara a escribir sobre Ricardo Silva. Sí fue extraño y gracioso, por decir lo menos, hablar bien de un Ricardo Silva que fue un gran padre y un gran articulista.
En algún momento de la trama, aparece Rafael Pombo, pero como en contra de Silva...
Los Pombo fueron buenos amigos de los Silva. Hablar de Pombo, creo, era inevitable. En efecto, Pombo envió un telegrama dolido a los hermanos Cuervo cuando se enteró del suicidio –falso– de Silva, pero en la novela, preocupado y sincero, simplemente quiere que dejen en paz a las dos sobrevivientes del poeta y trata de convencer al ‘Loco’ de que no siga revolviendo el avispero y se resigne a la versión oficial.
¿La idea de la envidia era una de sus reflexiones pendientes?
Sí. No he logrado resignarme a la mezquindad, a la frustración que se va encontrando uno por el camino cuando se dedica a escribir, a inventarse cualquier cosa en Colombia. No he podido encogerme de hombros y decir: “Así es y punto”. Creo que la frustración, tan posible en estas tierras, sucede día a día. La conjura de los mediocres conduce con demasiada frecuencia a la envidia, a la sensación de que los logros ajenos nos fueron robados, nos fueron arrebatados. Ruegue a Dios no ganarse nada ni alcanzar algo semejante al éxito: pronto será linchado de alguna manera. No obstante, no me resigno. Habrá menos envidia mientras haya más oportunidades, mientras la educación de calidad, por ejemplo, llegue a más personas, y pienso que es responsabilidad de todos animarnos a que sea eso lo que pase.
Sábado 3 de mayo, a las 5:30 p. m.
Ese día, Ricardo Silva R. estará firmando y hablando de su libro con los visitantes al ‘stand’ de Alfaguara. Silva es autor, también, de ‘En orden de estatura’, ‘Autogol’, ‘Comedia romántica’ y ‘El libro de los ojos’.
CARLOS RESTREPO


CULTURA Y ENTRETENIMIENTO