miércoles, 24 de septiembre de 2014

CICLO DE CONFERENCIAS EN DIRATO

Lugar: Dirato Libros. Circular 2 No. 73-21
Laureles, sector Bolivariana.
Tel: 444 76 26
Día: Viernes 26 de septiembre
Hora: 2:30 p.m.



DIRATO se complace en anunciar un ciclo de conferencias en nuestro café que busca enriquecer nuestros servicios culturales, con el ánimo de ampliar el espectro y la óptica con que asumimos la mirada al mundo y de nuestro entorno, el objetivo es superar desde perspectivas diferentes al canon y a la estandarización del pensamiento en los temas que más nos afectan y aquellos que enriquecen nuestra vida.
Con el nombre de “GOTAS POETICAS”, un grupo de profesionales y personas apasionadas por el conocimiento en general, la literatura y la poesía, la filosofía, convergieron desde hace varios años en un dialogo permanente que busca el intercambio de experiencias personales y por su puesto de sus especialidades, la ampliación de las mismas a personas por fuera del grupo, la discusión rigurosa de las mismas, en una labor de divulgación loable y que incita a las buenas prácticas en materia cultural.
Esta mirada se amplía a los amigos de DIRATO. A nosotros solo nos queda el agradecimiento y ratificarle al grupo de GOTAS POETICAS, que el café será una casa dispuesta a tener las puertas abiertas para su grupo.
La primera charla, que será ESTE VIERNES a las 2.30 Pm, será dictada por los doctores Darío Valderrama, Henry López y Carlos Mario Quintero, economistas quienes disertarán a partir del siguiente interrogante “El capitalismo salvaje ha estado barriendo el mundo desde la década de los setentas. ¿Pero ha sido una cosa buena para la sociedad en total?”. Hablaran del tema a partir de Keynes, el gran economista inglés.

ALGUNAS NOTAS INTRODUCTORIAS:

“El capitalismo salvaje ha estado barriendo el mundo desde la década de los setentas. ¿Pero ha sido una cosa buena para la sociedad en total?

Una clase nueva de economía de libre mercado nace alrededor del globo y sus consecuencias económicas y sociales podrían estar generando una serie de resultados negativos. Se advierte que el libre mercado ha ido creciendo hasta convertirse en un tobogán. Estamos viendo y veremos los aumentos masivos posibles en la pobreza, en el crimen, y en el desempleo, especialmente en el Tercer Mundo, que carece de los sistemas políticos y legales con que cuentan los Estados avanzados”. Por: Emeterio Guevara Ramos.

“John Maynard Keynes, es conocido sobre todo por la Teoría general del empleo, el interés y el dinero, pero también predijo graves consecuencias en las sanciones que se impusieron a Alemania tras la primera guerra mundial.

Con la actual situación de crisis se puede decir que los economistas keynesianos y neokeynesianos, están resurgiendo y toman cada vez más protagonismo en la vida pública. Un ejemplo lo tenemos en el último premio Nobel de economía,  Paul Krugman[1].










[1] Opinión del Blog Salmón

martes, 23 de septiembre de 2014

LAS NOVELAS QUE DEBERÍAMOS LEER INDEFECTIBLEMENTE




Hay una serie de novelas  que son precursoras de un estilo, de otras obras y está descontada su influencia en algunos autores muy importantes.  Pocos escritores reconocen estas influencias. Harold Bloon trató el tema en un libro formidable: “Anatomía de la influencia” y Borges en varios textos.  Herman Melville, en el siglo XIX, para el caso resulta emblemático como ejemplo. Dentro de este contexto existen obras importantes para la literatura. Citare para este trabajo las que a mi gusto resultan vitales y que de alguna manera han influido en mi condición de lector hedónico. Son como grandes faros:


1. - John Dos Passos: “: Manhattan Transfer.
2.- Joseph Conrad: El corazón de las tinieblas.
3.- La familia de Pascual Duarte: Camilo José Cela.
4.- John steinbeck: Al este del  edén. 
5.- Doris Lessing. El cuaderno dorado.
 John Dos Passos: Siendo muy joven leí una entrevista hecha a Gabriel García Márquez, donde citaba a este gran escritor y recordaba lo que significó para su vida y su obra. Fuí a conseguir sus novelas en mi ciudad natal Bucaramanga, que para la fecha tan solo tenía una  librería. El librero, un avezado lector frustrado de novelista, me dijo con agrado y entusiasmo, que no las tenía,  pero que, amablemente me prestaba las suyas, una a una,  para que las leyera. Leí para ese entonces Manhattan Transfer y comprobé como en su escritura estaban muchos escritores  preferidos por mí.  Sus novelas son “amargas, pesimistas atacan la hipocresía y el materialismo americano”. Esta novela como todas las suyas, pretende abarcarlo todo.  El titulo hace alusión a la estación de Manhattan “y es la metáfora que impregna el libro y que describe episodios de la vida de una serie de personas a lo largo de treinta años”.  Leer esta novela fue descubrir a un precursor, desatornillar influencias que empecé a reconocer en otros libros. Esta obra como todas las suyas, es pesimista por excelencia. El estilo de este escritor realmente constituye un aporte sin igual para la literatura del siglo XX. Son muchos los escritores que bebieron de estas fuentes. Desde la primera lectura, hace más de treinta años, soy un adicto a su obra y le sigo leyendo con el mismo entusiasmo de siempre.


Joseph Conrad: Este libro fue publicado por entregas, como alguna de las novelas más importantes de Dickens.  Esta es la obra más conocida  y sobra decirlo una de mis preferidas.  Conrad es un verdadero precursor. Su estilo constituye un faro para muchos escritores, que  nunca han desconocido este hecho. En Colombia Álvaro Mutis, García Márquez, Rojas Herazo, Collazos, para solo citar unos pocos, reconocieron abiertamente la importancia de este autor en su obra. En el mundo la lista sería interminable.  Esta novela escrita “en pleno auge del imperialismo Europeo y especialmente el Británico, cuenta “el viaje que el protagonista, Marlow, hace por un río del Congo en busca de Kurtz, un agente comercial que al parecer se ha vuelto loco, ya que cruza la débil línea de sombra que separa el bien del mal y se entrega con placer a las más terribles atrocidades”.  Esta novela  inspiró la película “Apocalipsis Now”.


Camilo José Cela: fue un escritor excéntrico, de escándalos, se comportó como una vedet, concibió la literatura como un instrumento de libertad, predicaba que el escritor no debe estar sujeto a ninguna norma y así lo confirma su extensa obra experimental.  Su vida se caracterizó por estar plagada de grandes contradicciones, gracias a ello fue un hombre de odios y amores.  Notoria  su cercanía al Franquismo y al dictador Venezolano Pérez Jiménez. En todo caso su obra es valiosa e importante.  La familia de Pascual Duarte, novela que se desarrolla en la Extremadura rural de antes de la Guerra Civil y durante ella y en la que su protagonista cuenta la historia de su vida en la que se presenta la violencia más cruda como única respuesta que conoce a los sinsabores de su existencia. Este libro inaugura un nuevo estilo en la narrativa española, conocido con el término «tremendismo». Es narrada por un campesino  desde la cárcel.  Esta obra tiene la particularidad de dejarse leer fácilmente, apasiona gracias a esta característica. Esta novela me sorprendió por la utilización de recursos linguisticos novedosos. Con la “Colmena” otra de sus novelas, se confirma la habilidad de  Cela frente a estas tecnicas. Al igual que todo lo suyo, el nobel fue muy controvertido.  Su obra en todo caso, es de suma importancia para la literatura en el siglo XX.
John steinbeck: Al este del  edén. Transcribiré lo escrito por Vargas llosa, que es certero sobre lo que pienso de este escritor y esta novela, que leí ávidamente y fue la primera de aquellas que uno nunca suelta hasta terminarla: Al este del Edén no es comparable con ninguna de las grandes novelas norteamericanas de su tiempo y ni siquiera tiene los atributos de otras novelas del propio Steinbeck, como el vigor de Las uvas de la ira o la delicadeza de La perla. Adolece de algunos defectos de construcción —la falta de coherencia en el punto de vista, por ejemplo— sorprendentes en un escritor tan experimentado y diverso, y no sería difícil trazar un largo catálogo de sus limitaciones en lo relativo a su arquitectura, a su estilo, al trazado de sus caracteres, a la superficialidad de sus ideas y a la visión ingenua, maniquea, de la vida social que ofrece. Y, sin embargo, pese a todo ello, es una historia que se lee con apasionamiento, saltando las páginas, con el ánimo anhelante por saber qué va a pasar. Quien la escribió era alguien que sabía qué contar, aunque no hubiera alcanzado la pericia sobre el cómo contar de sus contemporáneos Hemingway, Faulkner o Fitzgerald. No era un gran creador de palabras ni de órdenes narrativos, pero sí un consumado relator, con un instinto certero de lo que se debe decir y lo que se debe ocultar para excitar la atención y prolongarla, y de qué medio valerse para, esquivando la inteligencia del lector, fraguar personajes, situaciones, acciones que golpearan directamente su corazón y sus instintos. Ese talento primitivo de narrador congenia bien con el mundo primitivo que es el de la mayoría de sus historias y en especial con el de Al este del Edén.
Un mundo a medio hacer, haciéndose, donde los hombres aún luchan por domesticar la naturaleza y lo hacen con sus propias manos encallecidas. Un mundo simple y frugal, organizado por creencias tan rudas y sencillas como sus habitantes, en el que las grandes hazañas físicas y la forma directa, campechana, de la existencia deja entrever, sin embargo, de cuando en cuando, todo un infierno secreto de represiones, frustraciones y violencias íntimas. Guardando todas las distancias, las primeras novelas debieron escribirse en sociedades así, en mundos en parecido estado de formación, para dar solaz, esparcimiento y premio a esos espíritus fatigados en la dura lucha por la existencia. Las fantasías novelescas no tenían por objeto entonces reproducir lo que esos hombres y mujeres ya conocían de la vida. Más bien, completar su existencia con aquello que les faltaba, con los fantasmas que sus deseos fraguaban para enriquecer la realidad. Esas historias eran apasionantes e irreales, tiernas, terribles, extravagantes y amenas, como lo es la de Al este del Edén. Leyéndola, el entretenido lector siente que, con todos sus defectos, esta historia está amasada con el barro magnífico de las más antiguas, de las indestructibles historias. Mario Vargas Llosa.



Doris Lessing. El cuaderno dorado: Descubrir a esta autora fue una de las experiencias más reveladoras, no solo por la calidad de sus textos, sino por la utilización de un recurso literario que le permite dentro de las obras ficcionales hablar de lo divino y humano. En esta novela tiene páginas muy lucidas sobre la creación artística, la Europa de la posguerra,  la mujer en el contexto de la sociedad moderna. Ahora pienso que fue precursora del recurso de la auto-ficción tan de moda por estos tiempos. Esta novelista, como Sartre escribe siempre desde la condición política,  dicta cátedra  de acuerdo al tema sobre la que gravita el argumento, sin perder la línea narrativa. Cuando ganó el nobel, a pesar de su edad, preservaba una vigencia absoluta, podría afirmarlo sin temor a equivocarme que siempre  ha sido una autora contemporánea. Sus novelas tienen un hondo calado social.  Doris Lessing, como lo fue Saramago, es una de las pocas escritoras comprometidas políticamente.  El cuaderno dorado es otra de las novelas que siempre releo y cada vez que lo hago, como toda obra maestra, brinda gratas sorpresas.



sábado, 13 de septiembre de 2014

UNA ESPECIE EN PELIGRO DE EXTINCION



Este es el nombre del libro de entrevistas a grandes novelistas del siglo pasado, publicado por editorial “Bitácora” de Buenos Aires, que constituye un verdadero bocado de cardinale, para aquellos que nos encanta escudriñar sobre el proceso creativo de nuestros autores preferidos. Recuerdo la lectura del texto que recopiló las entrevistas realizadas en las paginas “The Paris Review”, el cual fue una verdadera revelación, trajo secretos insólitos, aún lo leemos con sumo agrado y de hecho hay claves inolvidables. El libro Lawrence Grobel, suscita sorpresas a granel. Primero las entrevistas realizadas no son hechas desde la esclerótica del experto, del crítico consumado, sino desde la mirada acuciosa de un excelente periodista. En mi vida personal tuve la dicha de compartir con algunos escritores Colombianos en medio de una informalidad total y muchas veces después de estas conversaciones, hubiese preferido no haberlos conocido, pues el don de la palabra no corresponde a sus dotes como escritores y esto nos suscita un desencanto injusto, pues ellos son importantes por sus escritos no por lo que hablan. Lógicamente no es una regla general, sino basta leer o ver, las encantadoras entrevistas de García Márquez, Carlos Fuentes, Cortázar, Kundera, par citar solo algunos. Caso especial las de Borges, el cual se le debe un estudio serio sobre sus conversaciones, que constituyen una obra al margen, tan importante como sus libros. Lo primero que hay que destacar del libro de la referencia es la selección de los escritores: Bellow, Bardbury, Donleavy, James Elroy, Allen Ginsberg, Greeley, Haley, Joseph Héller, Mailler, Joyce Carol Oates entre otros. Cada escritor corresponde a un entorno, a unas influencias y a un imaginario particular que encubre toda su obra, pues la ficción no es otra cosa, que una trasposición lucida de la realidad desde la perspectiva de la narración particular, no importa cuál sea la técnica o los instrumentos de cada creador. Refiriéndose a Carlos Fuentes, Vargas Llosa, escribió sobre el arte de escribir novelas con una lucidez única: “Escribir una novela es una ceremonia parecida al strip-tease. Como la muchacha que, bajo impúdicos reflectores, se libera de sus ropas y muestra, uno a uno, sus encantos secretos, el novelista desnuda también su intimidad en público a través de sus novelas. Pero, claro, hay diferencias. Lo que el novelista exhibe de sí mismo no son sus encantos secretos, como la desenvuelta muchacha, sino demonios que lo atormentan y obsesionan, la parte más fea de sí mismo: sus nostalgias, sus culpas, sus rencores. Otra diferencia es que en un strip-tease la muchacha está al principio vestida y al final desnuda. La trayectoria es inversa en el caso de la novela: al comienzo el novelista está desnudo y al final vestido. Las experiencias personales (vividas, soñadas, oídas, leídas) que fueron el estímulo primero para escribir la historia quedan tan maliciosamente disfrazadas durante el proceso de la creación que, cuando la novela está terminada, nadie, a menudo ni el propio novelista, puede escuchar con facilidad ese corazón autobiográfico que fatalmente late en toda ficción. Escribir una novela es un strip-tease invertido y todos los novelistas son parabólicos (en algunos casos explícitos) exhibicionistas.”[1]
De igual manera estas entrevistas son un strip-tease, de los escritores. Juan Gabriel Vásquez, escribió en “Letras Libres “sobre este libro con precisión de relojero: “Hay confesiones directas o indirectas sobre el oficio. Ahí está Joyce Carol Oates justificando los más de 110 libros que ha publicado: “Quizás tenga que ver con mi taquicardia: si cada vez que me late el corazón no estoy haciendo algo, tengo la sensación de que he desperdiciado el tiempo.” Ahí está Bellow hablando de Las aventuras de Auggie March, una de las grandes novelas del siglo XX: “Fracasé porque al final no pude regir mi descubrimiento, no pude controlarlo”. Ahí está Ray Bradbury, el autor de Crónicas marcianas, recordando que todo el mundo le aconsejó no escribir ciencia-ficción: “De modo que lo que trato de enseñar a los estudiantes es, por el amor de Dios, equivocaos, no acertéis en nada de lo que hagáis”. Hay temas recurrentes, y lo interesante es que suelen ser los más difíciles: el sexo, el dinero, el daño que puede causar el éxito. Joseph Heller, arquetipo del escritor que nunca logra superar sus primeros libros, se muestra en cada respuesta resentido por la sombra de Trampa 22: no por nada la entrevista se titula “Compitiendo con el pasado”. Grobel le pregunta a Alex Haley, el autor de Raíces, si el éxito del libro le hizo daño como escritor: “He hablado con tres escritores que han tenido grandes éxitos con un libro suyo”, afirma Haley, “y todos decimos que tenemos miedo de no volver a escribir jamás algo parecido”. Grobel le pregunta a Mailer si manejó mal el éxito que tuvo con Los desnudos y los muertos. “Sí”, dice Mailer, “pero no le doy demasiadas vueltas. Era totalmente imposible que lo llevara bien.”

Este libro cayó en mis manos después de estar confidencialmente leyendo sobre el tema creativo y la novela. El blog “Apostillas literarias” acaba de publicar “"Reglas para la supervivencia de la novela":

1.-. La novela actual -o como quiera llamarse- deberá mostrarse enérgicamente resistente al intento de trasladarla al cine, al telefilme o a la vida el videojuego: la literatura hoy más que nunca debería alzarse como intransferible porque las historias novelescas al aroma del siglo XIX han sido ya usadas con diferentes métodos de explotación y lo fueron, precisamente, porque no existían entonces los guionistas a granel que actualmente redactan para crear productos audiovisuales.
2.- Cualquier obra literaria actual debe insistir más que nunca en la categoría de su escritura. Es decir, en su habilidad para hacerse indispensable como medio de conocimiento y comunicación peculiar, insustituible en la iluminación y la clase de disfrute que procura. El gusto de la lectura se obtendrá no del artificio argumental, el suspense policiaco, los agentes especiales, los cofres por descerrajar o los misterios divinos, sino de la intensa degustación del texto, sin necesidad de conspiraciones ni extrañas travesías. Los intríngulis de esta literatura son más intríngulis que literatura. Vale para lo que vale y ni una distinción más.

3.- No habrá de valerse la obra de ninguna estructura prefabricada mediante la cual el lector será conducido entre añagazas del oficio hasta la apoteosis final, tan propia de las antiguas revistas y la vulgaridad en las prestaciones. La narración literaria consciente de sí no aspirará a apoteosis final alguna tal como el destino tampoco existe en el proyecto vital de ahora, mientras la metafísica se disipa. Lo que sucede día a día tiene hoy la forma del accidente y el carácter de la inmanencia, posee la belleza de lo instantáneo y la inteligencia de la negligencia. Ha terminado el proceso, la idea de la historia y de su trascendencia. Lo que cuenta es la belleza de la inmediatez, el texto convertido en un gozoso bocado de por sí.

Estos son apenas los tres primeros puntos de diez, aconsejable leer completo el artículo: ww.apostillasnotas.blogspot.com. Queda pues, este texto encantador, para aquellos que adoramos desentrañar el proceso creativo de nuestros escritores preferidos.

[1] Historia secreta de una novela. Mario Vargas Llosa.


domingo, 7 de septiembre de 2014

LA TRANSICION DE LA LITERATURA LATINOAMERICANA Y COLOMBIANA


Han venido desapareciendo escritores que pertenecían a una generación emblemática de la literatura latinoamericana y que representó una revolución para las letras mundiales, por su calidad y la implementación de recursos literarios absolutamente novedosos. Muy a pesar de existir una pléyade de escritores jóvenes importantes hoy,  con una obra valiosa, la distancia frente a esta elite es enorme. Fuera de Bolaños, que murió muy joven, no veo escritores que den la talla aún, muy a pesar de ser una generación apenas en ciernes y de hecho habrá que esperar  por lo mejor de su obra. Cuál es el cuentista de la calidad de Cortázar, García Márquez, Onetti o Borges, José Lezama Lima o  novelas del nivel de “Pedro Paramo”, “Cien años de Soledad” o “La región más transparente” o “Conversación en la catedral”. “Esta generación daría origen en 1966, a un libro que anunciaba este sucso, escrito por Luis Harss, titulado “Los nuestros” “Estos escritores se preocuparon por encontrar un lenguaje y por cómo hacer del continente americano una experiencia universal, señala Harss en su texto publicado por Sudamericana de Buenos Aires”, que reedita  actualmente “Alfaguara”.

 Desde hace una década hemos asistido a la muerte  Jorge Luis Borges, Joao Guimaraes Rosa, Puig, Juan Carlos Onetti, Julio Cortázar, Juan Rulfo, Cabrera Infante Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez, Alejo Caroentir, Miguel Angel Asturias, para solo citar los más importantes. Sobreviven Mario Vargas Llosa, Donoso, entre otros. Está pléyade ha dejado de escribir, quedan sus obras pero de hecho es una generación emblemática.

Este año se ha celebrado a todo timbal el aniversario del Boom, este blog igualmente lo ha hecho. Hacer el paralelo con las generaciones actuales por ahora es apresurado, pero es evidente que existe una distancia desde la perspectiva estética comprensible, por la juventud de los autores contemporáneos.
En su trabajo excelso “Bolaño Salvaje” de Edmundo Paz Soldán, en la presentación del mismo con Gustavo Faveron Patriau, Expresa: “Bolaño es acaso el narrador más influyente de América Latina, hoy en día, él único que compite con la fama incesante de los autores del boom, y el origen de una manera de concebir el mundo de las letras como aventura pasional y arcana, y de asumir del escritor con la rebeldía de un perpetuo inconforme”. Es cierto.

El periódico ADN del grupo “Prisa” ha hecho recopila un archivo visual sobre los autores del Boom. Empezó con una frase lapidaría que lo define magistralmente: Todo empezó con el deseo de convertir "el dolor en una fiesta" y de colocar a Latinoamérica de otra forma en el mundo”.

Cuál es la generación que actual que logró tener luz propia, que anuló es opacidad de una generación sin parangón.  Empecemos por los nombres más importantes.

Hablare de Colombia en primera instancia. Es un hecho que existe una gama de escritores consolidados: William Ospina, Fernando Vallejo, Héctor Abad, Gabriel Vázquez. Santiago Gamboa, Ungar,  para sólo citar algunos de los más importantes y de mi preferencia.  Esta generación estuvo antecedida por Darío Ruiz Gómez, Óscar Collazos, Germán Espinosa, Nicolás Suescún, Eutiquio Leal, Fanny Buitrago, Héctor Sánchez y Gustavo Álvarez Gardeazábal, entre otros, quienes fueron contemporáneos al Boom, lo que los opaco sustancialmente, no por la Calidad de la obra que nadie discute, sino por el fenómeno avasallador de la pléyade que constituía este movimiento y La obras monumentales publicadas. En el setenta brillaron con luz propia Luis Fayad, Fernando Cruz Kronfly. Albalucia Angel, Umberto Valverde, Marco Tulio Aguilera, Moreno Duran y Rodrigo Parra Sandoval.

En los tres últimos años han aparecido novelas de suma importancia, de Gamboa, Constaín, de Vásquez, de Vallejo,  William Ospina, entre las más destacadas y algunas reediciones de suma importancia.

En Argentina hay una generación relevante y de una calidad incuestionable. El próximo país que analizaremos es este.  La novela, está en un gran momento, tanto a este lado del océano, como en España. La literatura norteamericana igualmente, con escritores de una talla impresionante, que con las últimas publicaciones ratificaron su calidad de lejos : Oates, Franzen, Amis, Carver, Wallace, -pese que existen algunos fallecidos  su obra aun conserva el fragor de lo nuevo y su calidad- con una trayectoria que respalda sus obras, estos están a la altura de su predecesores, caso contrario de lo que sucede en Latinoamérica, lo que ratifica lo expresado con respecto a ese distanciamiento de la actual generación latinoamericana con la del Boom. Lo digo, porque fuera de algunos autores españoles como Javier Marías, no veo tales alturas.





miércoles, 3 de septiembre de 2014

UNA DONACION QUE EXALTA A DIRATO

Dirato cuenta con servicio adicional que hasta ahora no existe en ninguno sitios o cafés de este tipo (El formato comercio-café-libros, hasta la fecha no existía en Colombia): Es el acceso a los libros y la libertad para acceder de manera gratuita a su lectura, solo con el ánimo de fomentarla, acompañado de un librero, de un lector apasionado, para conversar. Hablo de la lectura tradicional, aquella que resulta de tomar un buen  libro, sentarse a leerlo bajo las viejas formas, donde el tiempo, el espacio y la tranquilidad permitan no solamente su lectura sino la profundización del conocimiento, que de antemano significa el desciframiento de la naturaleza humana desde las páginas de una novela, un ensayo o una poesía.
Esto ha hecho que personas excepcionales y conscientes de la labor hayan querido contribuir al aumento de nuestra biblioteca. Así lo entendió Adriana Janet, quien ha realizado una de las mejores donaciones de más de 60 ejemplares, todos de una calidad indiscutible: Paul Auster. Postaguillo, Harukami, Laura Restrepo, Ampuero, Villas Mata, Pérez Reverte, para solo citar algunos.En todo caso queremos presentarle nuestro agradecimiento
Esto nos enaltece, pero además nos llena de responsabilidades frente a nuestro clientes y amigos.
Desde esta semana comenzaremos a programar los ciclos sobre escritores y esperamos por este medio hacerlas públicas.