sábado, 29 de junio de 2024

QUERIDAS LECTORAS QUERIDOS LECTORES (ANAGRAMA JUNIO 2024)



En 1841, Adolphe Sax presentó en Bruselas uno de los tantos instrumentos que llegó a crear, y que acabaría llevando por nombre su propio apellido: el saxofón. Al parecer, su invención se debió a un accidente, ya que la intención del belga no era la de concebir un nuevo artefacto, sino la de mejorar el diseño del clarinete. De ahí surgió su curiosa hibridación: en el saxofón, el cuerpo es de metal –como en la trompeta y el trombón–, pero, como el clarinete, se considera un instrumento de madera porque el sonido lo produce una caña de este material.


Su sonido distintivo, a menudo considerado estridente, le generó numerosos detractores y dificultó su entrada en la orquesta. Sin embargo, Sax era un hombre de negocios y encontró una oportunidad para sacar rendimiento de su instrumento en el campo militar. En 1845, ante la preocupación expresada por el general Rumigny ante el desuso de la música militar en Francia, Sax se dirigió al entonces ministro de guerra para proponerle una reforma del género militar que incluía el uso de sus instrumentos. Tras una competición pública, se resolvió a favor de la reforma de Sax, lo que asociaría durante muchos años el saxofón a la marcha militar. No fue hasta más tarde, hasta los años veinte, que el instrumento encontraría su espacio en la música popular como protagonista de las bandas de jazz, llegando a convertirse en la voz de la cultura afroamericana. No en vano, el músico Ornette Coleman afirmó que «las mejores declaraciones sobre lo que es el alma negra» se habían hecho a través de un saxo tenor.


¿Cómo un instrumento tan ligado a la cultura blanca europea, inventado por un hombre belga justo antes de que su país comenzara a ser un imperio colonial, y que además fue usado con fines militares en sus inicios, terminó siendo el emblema de la cultura negra en Estados Unidos?

Catálogo de instrumentos inventados por Adolphe Sax, entre los que se encuentran el saxofón, el saxotromba y el saxhorn.


La paradoja que envuelve al saxofón está presente también en la propia historia del jazz y de la cultura afroamericana en general, como destaca Mariano Peyrou en Free jazz. La música más negra del mundo, el ensayo que el escritor argentino le dedica a este subgénero del jazz, una práctica que supuso un cambio disruptivo con la tradición musical y cultural del siglo XX.


A partir del análisis del contexto sociocultural que facilitó el surgimiento del free jazz y del análisis musical de sus principales obras y artistas (el mismo Coleman, Bill Dixon, Sun Ra, Pharoah Sanders, etc.), Peyrou traza una afilada investigación sobre un estilo que, más de setenta años después de su surgimiento, continúa sonando increíblemente rompedor e indescifrable. Como señala el propio autor: «El free jazz es un enfoque musical, más que una serie de rasgos estilísticos (aunque haya resultados compartidos); un enfoque que todavía hoy resulta demasiado radical para la inmensa mayoría de los oyentes. Combina dos estéticas a las que el público no está acostumbrado: la de las vanguardias y la de las culturas africanas».


Surgido en una época especialmente convulsa y relevante en materia de derechos civiles, en la que confluyeron Malcolm X, Martin Luther King y el surgimiento de los Panteras Negras, el free jazz supuso, sobre todo, una reivindicación de la libertad creativa y de la cultura afroamericana, en un momento en que el jazz había vivido una asimilación por parte de la cultura blanca occidental: «El free jazz no acepta musicalmente la posición en que se había colocado el jazz, por decirlo así, señala el conflicto, fija en él la mirada y proporciona un sonido en el que están África, el encuentro sangriento entre lo blanco y lo negro, el sufrimiento, la desesperanza, la esperanza, la autoafirmación, la frustración, la rabia y el odio».


Un subgénero que, rescatando las raíces africanas y explotando su polirritmia y su concepto de creación colectiva, conectó con las vanguardias artísticas de la época y supuso una nueva idea radical de hacia dónde llevar la música y crear, en definitiva, el sonido de la libertad.


NOVEDADES DE LA SEMANA


Esta semana publicamos en «Panorama de narrativas» Historias de la noche, la nueva novela del autor francés Laurent Mauvignier, con traducción de Javier Albiñana. Un thriller psicológico, contenido y sinuoso, en el que la ferocidad humana se va apoderando de todo, con ecos de Proust y Haneke.


«Narrativas hispánicas» acoge la publicación de En las manos, el paraíso quema, de Pol Guasch, traducido al castellano por Carlos Mayor. Una novela sobre la amistad, desordenada como la memoria, oscura y luminosa al mismo tiempo, de la mano del autor de Napalm en el corazón (Premi Llibres Anagrama de Novel·la 2021).


El ingeniero y escritor mexicano Naief Yehya publica El planeta de los hongos en la colección «Argumentos», un ensayo que repasa el insólito recorrido del uso de estos organismos, desde la edad de piedra hasta Silicon Valley, así como el impacto que tiene su reciente resurgimiento.


Dedicamos también un «Compendium» a los Cuentos completos de Grace Paley, que se caracterizan por su mordaz humor y su crítica política, y que afianzaron su posición como una de las escritoras más relevantes de los Estados Unidos.


Finalmente, en «Compactos» publicamos Las tribulaciones de Wilt, que se suma a la Biblioteca Tom Sharpe, una sátira orgiástica que es una de sus más brillantes farsas, con traducción de Marisol de Mora; así como el debut literario de Emmanuel Carrère, La amiga del jaguar, una novela sobre sueños, aventuras y amores con traducción de Álex Gibert.


PILDORAS PARA EL DÍA

Segundo fin de semana de la Feria del Libro de Madrid.

Continúa la celebración de unos de los eventos literarios clave en España, la Feria del Libro de Madrid. En su segundo fin de semana, podréis encontrar algunos eventos relevantes, como la charla de Lionel Shriver sobre el culto al cuerpo o el que llevarán a cabo Mariana Enriquez y Richard Ford. Además, podréis conseguir las firmas de nuestros autores, que podéis consultar aquí, así como encontrar nuestros libros en la caseta de Anagrama, bloque 27-B, caseta 281. Y por la compra de tres libros o un importe superior a 30 € os llevaréis una bolsa de tela ilustrada por Miguel Porlan.

Jazz: la historia, la miniserie documental de Ken Burns




El documentalista Ken Burns dirigió en 2001 una miniserie titulada Jazz: la historia, que consta de doce capítulos y que el cineasta tardó siete años en finalizar. El onceavo capítulo está dedicado al Avant-Garde y al free jazz. El propio Burns declaró que este documental, junto con sus otras dos series, The Civil War y Baseball, formaba un tríptico sobre raza en América. En su crítica en The New York Times, el periodista musical Ben Ratliff destacaba: «Whenever possible, Mr. Burns has black commentators talk about white performers, and vice-versa; this may sound trivial, but in the world of jazz commentary, which is still dominated by whites, it is a big deal».

Mariano Peyrou ha elaborado una lista de canciones en Spotify con la música que aparece en su ensayo, Free jazz. En ella encontraréis temas de Miles Davis, Ornette Coleman, John Coltrane, Sun Ra, Albert Ayler, Cecil Taylor y muchos más. Más de catorce horas del jazz más libre, que podéis escuchar aquí.














My favorite things, de Coltrane




Finalizamos esta newsletter con la interpretación del John Coltrane Quartet de My favorite things en 1965 en Bélgica. El tema daba título al álbum que el saxofonista lanzó en 1961, en el que interpretaba cuatro canciones pop en su versión jazzística: aquí interpretaba la versión modal del tema de Rodgers y Hammerstein que se había hecho célebre con la película Sonrisas y lágrimas. Una de las mayores novedades es que lo hacía con el saxo soprano, apenas usado en el jazz hasta entonces. Como dice Mariano Peyrou en Free jazz: «Es lógico que, si a los músicos les interesa contar con "la mayor cantidad de sonidos posibles", no solo desarrollen técnicas para sacarlos de sus instrumentos, sino que también exploren instrumentos diversos (hablo de exploración porque creo que es justo eso: no se trata tanto de dominar el instrumento como de explorarlo)».


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