domingo, 17 de agosto de 2014

UN GRUPO DE AMIGOS INGENIEROS


DIRATO ha querido consolidarse como punto de encuentro. En este sitio se busca que prevalezcan las buenas maneras y esperamos siempre que alrededor de un buen café  nos deleitemos con una conversación amena, constructiva en el mejor de los casos, pero sobre todo fresca, sin pretensiones dogmáticas.
La universidad Bolivariana por su cercanía nos ha permitido conocer estudiantes de medicina, historiadores y alguno que otro estudiante inquieto por los libros y las novedades literarias o en el mejor de los casos para departir sobre temas puntuales. De igual manera nos visitan jubilados, con su mirada sabia, el ritmo propio de quienes no tienen afujías, de silencios prolongados, denotan el profundo conocimiento de la vida, como cuando uno sabe lo que va hacer el hijo y nada de lo que haga o diga impedirá que se lance a sus aventuras, solo queda callar y esperar que le hayamos preparado bien.
En DIRATO nos llega mucha clientela, se me asimila a veces a las experiencias que vivimos como viajeros, a esos encuentros furtivos tan enriquecedores que se dan en las salas de espera, paradisíacos en ocasiones y verdadera caja de pandora en otras.
Hace más de dos meses hemos recibido en DIRATO un grupo exitoso de ingenieros y hombres de negocios que nos han permitido conocer una realidad diferente, pues los literatos muchas veces les parecemos demasiados abstractos. El mundo suyo es muy concreto y en concreto, piso a tierra. El ingeniero recibe un paisaje, lo trasforma, lo modifica, construye siempre, esa es su labor.  Son hombres prácticos, de resultados visibles.
Dialogar y cambiar palabras con ellos ha sido enriquecedor. Jorge, Gustavo, Hernán, Pacho, son personas  inteligentes, el intercambio nos ha permitido conocer una óptica de nuestra realidad diametralmente diferente a la nuestra, no me refiero a los aspectos ideológicos, sino a su manera de concebir el país, desde donde hablan. Ahora que he dialogado informalmente, reflexione que este país ha sido manejado por abogados y economistas, por personas con carreras humanísticas para darles cualquier eufemismo, alguna vez tratamos seriamente este tema cuando trabajamos los principales problemas del estado colombiano, cuando se habla de política, los técnicos e ingenieros brillan por su ausencia, ellos han contribuido seriamente al progreso de este país, andamos y vivimos en sus obras, nos comunicamos a través de las plataformas creadas por ellos, gran parte de las actividades esenciales de nuestra vida han sido realizadas con su participación, pero más bien en lo político, tal vez el último presidente de este talante fue Virgilio Barco.
Pensé frente a esta diatriba, que la mirada al país de su parte es muy diferente a la nuestra, conocen ese otro país, el que se oculta debajo de las sabanas y en apariencia funciona bien, realidades que develan gran parte del oprobio que es trabajar con la clase dirigente y política, pero su condición practica les enseñó a  manejar este galimatías, sin molestarse, conocen el sistema a la perfección, no lo cuestionan, lo padecen, han sabido acomodarse con inteligencia. Son escépticos, no pesimistas, tienen un sentido de las cosas que les genera una actitud práctica, no se engañan y de alguna manera tienen esa visión espartana de la existencia que parece obviar las abstracciones, que es diferente a desconocerlas. Este intercambio ha sido enriquecedor. Su líder es Jorge H, para no entrar en detalles, está claro que este grupo nos enaltece con sus visita.
La esperanza es que nuestro sitio siga engrandeciéndose, no agrandándose que es diferente, que bien por esta gente y esperamos no abandonen el barco, buena mar.







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