No cabe duda que toda selección paradójicamente significa una exclusión.
Los concursos literarios que, la mayoría de veces constituyen una promoción,
siempre guardan algo de injusticia, de falsedad. En todo caso algunos muy
famosos cumplen con su deber como corresponde. La lista Granta de jóvenes escritores
menores de 35 años de la lengua española ha sido importante, en lengua inglesa
ha tenido verdaderos aciertos, lo mismo en nuestro idioma. Aun así, se dan
posiciones encontradas, esta es una de esas, la que trascribo, pues los debates
son buenos al final. La controversia
queda abierta. CESAR BUSTAMANTE HUERTAS
La selección
tiene omisiones imperdonables y la presencia desproporcionada de los epicentros
culturales de siempre. Si las listas literarias no son representativas: ¿siguen
siendo relevantes?
Por Hernán Vera Álvarez
Es escritor y
editor argentino especializado en estudios de literatura latinoamericana y
española. Ha sido professor de Escritura Creativa.
Jorge Luis
Borges solía decir que lo primero que notamos de una lista son las omisiones.
Días atrás, la revista británica Granta eligió los 25 mejores narradores
jóvenes en español menores de 35 años. Mucho antes de que se revelara la
selección en una rueda de prensa desde el Instituto Cervantes de Madrid, los
rumores de los posibles nombres favoritos deambularon por el mundillo literario
hispano (siempre pobre en premios monetizados y tan rico en chismes). Y, como
anticipaba Borges, fue imposible no reparar en las omisiones.
Aunque los
escritores elegidos tienen méritos literarios suficientes para aparecer en una
lista —como Mónica Ojeda, de Ecuador, y Cristina Morales, de España—, hay una
cuestión que no podemos obviar: los reconocimientos culturales suelen pasar por
alto que también son espacios de visibilidad y que deben ser representativos
para abarcar al vasto mundo literario en español.
Integrar una
lista es potenciar la diversidad en una sociedad por momentos reaccionaria a
cualquier minoría. La lista de Granta es importante porque es el vehículo para
que lectores conozcan nuevos creadores, actúa de caja de resonancia para que
las grandes casas editoriales incorporen a escritores interesantes y puede ser
el pasaporte a contratos de traducción.
LISTA
– Andrea
Abreu, España, 1995
– José Adiak
Montoya, Nicaragua, 1987
– David
Aliaga, España,1989
– Carlos
Manuel Álvarez, Cuba, 1989
– José
Ardila, Colombia, 1985
– Gonzalo
Baz, Uruguay, 1985
– Miluska
Benavides, Perú, 1986
– Irene
Reyes-Noguerol, España, 1997
– Munir
Hachemi, España, 1989
– Cristina
Morales, España, 1985
– Alejandro
Morellón, España, 1985
– Aniela
Rodríguez, México, 1992
– Andrea
Chapela, México, 1990
– Aura
García-Junco, México, 1989
– Mateo
García Elizondo, México, 1987
– Camila
Fabbri, Argentina, 1989
– Michel
Nieva, Argentina, 1988
– Martín
Felipe Castagnet, Argentina, 1986
– Dainerys Machado
Vento, Cuba, 1986
– Eudris
Planche Savón, Cuba, 1985
– Paulina
Flores, Chile, 1988
– Diego
Zúñiga, Chile, 1987
– Estanislao
Medina Huesca, Guinea Ecuatorial, 1990
– Mónica
Ojeda, Ecuador, 1988
– Carlos
Fonseca, Costa Rica, 1987
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