16-05-2020
Los grandes periódicos y revistas en el mundo, han tomado una perversa
decisión desde hace varios años. Cobrar u obligar a una suscripción para
acceder a su portal. El Internet libre, una obsesión de nuestros tiempos, hace
25 años, perdió la batalla. Trato de entenderlo, tienen que
sobrevivir. Esta claro que el problema no lo generan los lectores. Nunca leo un sólo medio. Para leer tan sólo tres periódicos, nada
desproporcionado por ejemplo “El espectador” de Colombia, el “País” España y la revista “Semana” me obligan de antemano a la suscripción, imposible para este mortal.
Algo no está bien en esta actitud. Pondré un ejemplo. Siempre he
comprado la revista “Malpensante”, es de literatura, filosofía, de Colombia. Tomaron la decisión cualquier día de exigir la suscripción, para poder acceder a la revista en la red. Tal vez tienen razón en cobrar . Están en crisis económica, es su derecho entre otras cosas. Me preguntó ahora. Cuándo compro el ejemplar en la calle, no incluye una clave para disfrutarlo también en la red ?. Me refiero por lo menos a la revista que he comprado. Las razones para negarme el derecho para acceder aún no me convencen. En la mayoría de medios tienden a esta
perversa posición. Los lectores
quedamos excluidos en la toma de tan trascendente decisión, es de carácter empresarial. En mi caso leo los mejores artículos de: “El espectador”, de Colombia “Mercurio, de Chile “El país, de España “Semana” De Colombia, “Revista “Babélia” de España. A nada de esto se
puede acceder hoy, sólo sí es suscriptor. Imposible para el suscrito.
Los gobiernos parten del principio constitucional que establece la información como un derecho fundamental, el acceso libre de la información hace parte del mismo. La realidad es otra, el acceso a la red está más restringido, la tendencia, el capitalismo tiende a monetizarlo.
El mito de la era de la información y el conocimiento libre se volvió una ilusión fracturada por la cruda realidad. Grato recuerdo de esta utopía, hoy es una distopía. Manuel Castell, expresaba frente a estas coyunturas que, desde “El principio del nacimiento ha sido una ilusión. Las tecnologías de la información y el conocimiento (TIC), suponíamos, serían la constante y el llamado más grande a la educación gratuita en toda la historia de la humanidad.
Los gobiernos parten del principio constitucional que establece la información como un derecho fundamental, el acceso libre de la información hace parte del mismo. La realidad es otra, el acceso a la red está más restringido, la tendencia, el capitalismo tiende a monetizarlo.
El mito de la era de la información y el conocimiento libre se volvió una ilusión fracturada por la cruda realidad. Grato recuerdo de esta utopía, hoy es una distopía. Manuel Castell, expresaba frente a estas coyunturas que, desde “El principio del nacimiento ha sido una ilusión. Las tecnologías de la información y el conocimiento (TIC), suponíamos, serían la constante y el llamado más grande a la educación gratuita en toda la historia de la humanidad.
Esta decisión de los periódicos, supongo que, fue una reacción no sólo a un problema económico, sino a la voracidad del sistema. Castell, en el mismo texto, plante un a priori que es necesario tener en cuenta para entender bien el tema. “Los valores libertarios de quienes
crearon y desarrollaron Internet, a saber, los investigadores académicos
informáticos, los hackers, las redes comunitarias contra culturales y los
emprendedores de la nueva economía, determinaron una arquitectura abierta y de
difícil control. Al mismo tiempo, cuando la sociedad se dio cuenta de la
extraordinaria capacidad que representa Internet, los valores encarnados en la
red se difundieron en el conjunto de la vida social, particularmente entre las jóvenes
generaciones. Internet y libertad se hicieron para mucha gente sinónimos en
todo el mundo”.
Hago el llamado urgente, porque los gobiernos en estas decisiones legitimas no se preguntan al respecto, cual es el derecho del usuario, ¿Qué hacer. El conocimiento que es un contra-peso al poder, a tanta inequidad, consiste al final en una apertura a más preparación, por ende, a más oportunidades para la niñez y la juventud, para sólo citar los más importantes de esta cadena infinita de beneficiarios. Los gobiernos con todo su poder, hacen mucho y nada, los resultados prácticos no los sentimos. Es hora de tomar el el toro por los cachos y conectarnos, la información es un derecho.
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