domingo, 26 de mayo de 2019

ELECCIONES EUROPEAS



Son muy importantes las elecciones de la comunidad europea, al igual que las regionales de algunos países del viejo continente. Dos artículos pertinentes sobre el tema, el primero anterior a los comicios y el segundo después de conocer algunos resultados. El columnista es un analista del periódico “El país” de España.


EUROPA SE TIÑE DE INESTABILIDAD
La renovación total de la cúpula de la UE con una Eurocámara sin mayoría clara, una bancada euroescéptica crecida y el Brexit pendiente augura una legislatura complicada
Bruselas 26 MAY 2019 - 10:14 COT

Bernardo De Miguel


Pocas veces se han colocado en Europa tantas urnas al mismo tiempo. Y nunca se ha esperado que un escrutinio europeo desencadene una transformación política del continente tan tremenda como la prevista a partir de los resultados oficiales que empezarán a publicarse a las 23.00 de este domingo (cierre de colegios en Italia).

A falta de concretarse el reparto de escaños, el único pronóstico que tienen claro los analistas es que Bruselas se contagiará de la inestabilidad y volatilidad política que domina la mayoría de las capitales europeas. Los dos grandes grupos —los populares del PPE y los socialistas de S&D— no sumarán, probablemente, más del 50% de los escaños. Los liberales (con la esperada aportación de los eurodiputados de Emmanuel Macron) y los Verdes (en ascenso en Alemania) esperan convertirse en la bisagra de la nueva legislatura. Pero no está claro que ninguno de los dos lo consiga por sí solo.

“El nuevo Parlamento será más complicado y para muchas decisiones será necesario, probablemente, sumar al menos cuatro grupos parlamentarios”, resume Guntram Wolf, director del centro de estudios Bruegel.

Gobiernos en minoría y elecciones anticipadas se han convertido en un rasgo habitual de las políticas nacionales desde que la crisis del euro, la emergencia de los populismos y la contestación social reventaron el bipartidismo a principios de esta década. Europa se estrena este 26M en el mundo de hoy e iniciará una nueva andadura en la que deberá construir consensos de nuevo cuño.

El alcance de la inestabilidad en ciernes dependerá en gran medida de la participación electoral (la abstención ha aumentado ininterrumpidamente desde los primeros comicios en 1979) y del ascenso o no de las fuerzas antieuropeas, capitaneadas por un Matteo Salvini que espera arrollar en Italia y por el imprevisto refuerzo del Partido del Brexit en un Reino Unido que, en contra de lo esperado, participa en estas elecciones.

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Ambos fenómenos se retroalimentan, porque la baja participación suele redundar en beneficio de los euroescépticos, favorecidos por la movilización del voto de protesta y la desmovilización del votante habitual en otros comicios. Aun así, Bruselas confía en que las fuerzas euroescépticas, ahora con el 20% de los escaños, no superen el umbral de dolor del 33% a partir del cual, según fuentes comunitarias, podrían entorpecer la maquinaria legislativa.

Europa, en cualquier caso, cambiará de cara a casi todos los niveles. El resultado marcará el proceso de elección de los principales altos cargos de la UE —presidencia de la Comisión, del Consejo, de la Eurocámara, el Banco Central Europeo y de la Alta Representación de Política Exterior de la UE—; provocará casi con certeza una reestructuración de los principales grupos de la Cámara, con trasvases y fugas de eurodiputados; y puede debilitar o precipitar la caída de varios Gobiernos, desde Italia a Holanda o, incluso, Alemania, donde los socialistas pueden verse abocados a corto plazo a abandonar la gran coalición de Angela Merkel.

En los dos países donde arrancaron el jueves las elecciones, el Reino Unido y Holanda, han bastado los sondeos a pie de urna (a la espera del resultado este domingo) para desatar sacudidas. La primera ministra británica, Theresa May, ha anunciado su dimisión a la espera de un escrutinio que anticipa el hundimiento de los tories y la amplia victoria del Partido del Brexit recién creado por Nigel Farage. En Holanda, los socialistas de Frans Timmermans han dado la vuelta a los pronósticos y parecen haber arrebatado la victoria a los liberales del primer ministro, Mark Rutte, y arrasado a los eurófobos de Geert Wilders. El Gobierno de Rutte, ya de por sí frágil, sale aún más debilitado. Y esa inestabilidad puede contagiarse a Bruselas, con dos grandes focos potenciales de incertidumbre, coinciden las fuentes consultadas: el nombramiento del sucesor de Jean-Claude Juncker al frente de la Comisión y la negociación del presupuesto de 2020 y del marco presupuestario para el periodo 2021-2027.

Negociación complicada
La renovación total de la cúpula de la UE tendrá que llevarse a cabo con un Parlamento Europeo que se anuncia sin mayorías claras, con pocas posibilidades de formar una gran coalición (entre populares y socialistas) y con una bancada euroescéptica crecida y dispuesta a bloquear el proceso legislativo. Si el bloqueo, como se teme, se instala en Bruselas, “podemos tener un verano de crisis institucional”, avisa una alta fuente del Partido Popular Europeo, dominante en Bruselas (ahora ocupa las presidencias de la Comisión, Consejo y Parlamento) y cuyo poder puede verse seriamente debilitado por las urnas.

El regateo de cargos y dinero coincidirá, además, con un periodo especialmente sensible en la política del continente, marcado por el cambio de Gobierno en varios países (Bélgica, Austria, Finlandia, Dinamarca y, sobre todo, Reino Unido), el plazo para ejecutar el Brexit (31 de octubre) y la posible retirada de Merkel como canciller. Con ese telón de fondo, crece, más que nunca, el riesgo de que la UE se quede con Juncker como presidente en funciones de la Comisión y con las cuentas prorrogadas a partir del próximo enero.

La Comisión de Juncker ya admite en público que no descarta prolongar la estancia en su sede del edificio Berlaymont más allá del 1 de noviembre, fecha prevista para el relevo. En privado se reconoce que los preparativos en marcha contemplan incluso una prórroga más larga, que podría llegar hasta bien entrado 2020. “Al final se llegará a un acuerdo, pero puede llevar tiempo”, advierte Wolf. El director del think tank Bruegel duda de que el nuevo escenario pueda abocar a una parálisis. Y cree que el reparto de poder obligará a buscar un “gran acuerdo” en torno a los puntos fundamentales, aunque la negociación pueda ser complicada.

En teoría, la sucesión de Jean-Claude Juncker al frente de la Comisión debería pactarse en la cumbre de junio y ser aprobada en julio en un pleno del Parlamento Europeo. En la práctica, se puede “ir a un largo periodo de negociación”, admite un alto cargo de la Comisión. En Bruselas, casi nadie se atreve a descartar la posibilidad de “un verano negro” en el que se desencadene una trifulca sin precedentes entre las grandes familias políticas del continente (democristianos y socialdemócratas). La cuña euroescéptica liderada por Salvini y la francesa Marine Le Pen podría agravar la situación en un momento en que las fuerzas que golpean a la UE desde dentro (populistas y ultraderecha) y desde fuera (Donald Trump y Vladímir Putin) ponen en peligro la estructura del club. Por primera vez, las formaciones euroescépticas o eurófobas podrían alzarse con la victoria hasta en seis socios de la UE que suponen el 40% de los escaños a repartir, incluidos tres de los más grandes (Francia, Italia y Reino Unido).

La Comisión, en cambio, se mantiene en estado de negación. Y aunque reivindica el final de un quinquenio en el que se ha dado la vuelta a la situación económica (con cifra récord de empleo e inversión al nivel de antes de la crisis), se desentiende de la deriva política hacia la intolerancia que vive buena parte del continente. “¿Qué tiene que ver la Comisión con el ascenso de Vox en España, de Salvini en Italia o de Farage en el Reino Unido?”, se pregunta un alto cargo del organismo. La pregunta retórica se queda en el aire a la espera de las urnas.


EL AUGE DE VERDES Y LIBERALES FRENA EL AVANCE ULTRA EN LAS ELECCIONES EUROPEAS

Los sondeos a pie de urna para el Parlamento Europeo apuntan a un desplome del PP europeo y los socialistas

El Partido Popular Europeo (PPE) se perfila como vencedor de las elecciones al Parlamento Europeo, según las primeras estimaciones, basadas en sondeos a pie de urna en 12 países. Las fuerzas ultraderechistas y eurófobas que aspiran a bloquear o desmantelar la Unión Europea han dado también un importante zarpazo en los comicios de este domingo, logrando la victoria, según los mismos sondeos, en plazas tan importantes como Francia, Italia, Reino Unido o Polonia.
La segunda proyección de escaños publicada por el Parlamento, poco después de las 21.00 de la noche del domingo, otorga 177 al PPE (221 en 2014), frente a 147 de Socialistas y Demócratas (S&D), la segunda fuerza más votada (191 en 2014). Las formaciones euroescépticas suman 172 escaños, en torno al 25% de un hemiciclo de 751. Una cifra lejana al temido 33% con el cual podrían aspirar a entorpecer la maquinaria legislativa, pero considerable dado que su presencia se consolida entre varios de los países grandes de la UE.

Su ascenso se ha visto mitigado en algunos países (Alemania) y neutralizado en otros (Holanda y Austria), gracias, en parte, a una participación que se ha disparado al alza por primera vez en 40 años de elecciones al Parlamento Europeo. Pero las cuatro jornadas de votación han desencadenado una sacudida política de importantes dimensiones, con un Parlamento Europeo sin mayorías nítidas y con varios Gobiernos en el alero, entre ellos, el de Alemania.

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La Europea del descontento
El grupo liberal, según la primera proyección, rondaría el centenar de diputados (frente a los 67 parlamentarios de 2014), lo que le permitiría convertirse en una bisagra imprescindible para una alianza entre conservadores y socialistas. Los Verdes, con 69 escaños, según la estimación (obtuvieron 50 en 2014), también aspiran a ese papel y se ofrecen ya como complemento para una mayoría estable. En España, según resultados ya oficiales, el PSOE se convierte en la fuerza más votada, con un 32% de los apoyos, equivalente a 20 escaños, según el recuento de casi la totalidad de las papeletas (94,5%).

La caída de la abstención, que marcó un récord del 56,2% en 2014, parece confirmar el efecto catalizador del Brexit, que ha destapado ante la opinión pública el riesgo real de desintegración de la unidad europea. La masiva afluencia en ciertos casos (en países otrora tan euroescépticos como Dinamarca se ha superado el 60%) ha despejado los temores previos de Bruselas.

El atractivo de las urnas también ha aumentado considerablemente gracias a la personalización de algunas de las opciones en políticos de renombre continental, como el presidente francés, Emmanuel Macron, emblemático representante de las opciones proeuropeas, y el vicepresidente del Gobierno italiano, Matteo Salvini, como cabeza visible de la alternativa euroescéptica. Y en varios países, entre ellos España, la participación se vio estimulada, además, por la coincidencia de las europeas con otros comicios nacionales, regionales o locales.

"Me complace anunciarles que la primera estimación sobre participación apunta a la cota más alta en 20 años y al primer aumento significativo desde las primeras elecciones en 1979", señaló hacia las ocho de la tarde el portavoz oficial del Parlamento, Jaume Duch. Los datos apuntaban a una cota de entre el 49% y el 51%, el mejor dato desde 1994 (56,7%) y muy por encima del 42,6% de hace cinco años.

Sin embargo, las mayores elecciones transnacionales del planeta, con más de 425 millones de potenciales votantes, han dejado claro el evidente descontento en grandes capas de población, canalizado en muchos países a través de formaciones que abogan por la ruptura con la UE (como el partido del Brexit en Reino Unido) o por recortar drásticamente las competencias de las instituciones comunitarias (como la Lega de Salvini en Italia, el PiS de Jaroslaw Kaczynski en Polonia o el Fidesz de Viktor Orbán en Hungría).

El resultado también revela el desgaste de las dos grandes familias políticas (democracia-cristiana y socialdemocracia), que han sido los pilares del proyecto europeo durante seis décadas. Los datos apuntan a una ajustada victoria del Partido Popular Europeo (PPE), que se habría impuesto por quinta vez consecutiva desde 1999. Pero su margen de maniobra se ha reducido significativamente y ni siquiera con la ayuda de los Socialistas y Demócratas (S&D) parecen en condiciones de sumar una mayoría de más del 50% de los escaños.

Los conservadores han preservado el liderazgo en su principal feudo, Alemania, e iniciaron los movimientos para intentar mantener el control de la Comisión Europea en la misma tarde del domingo, antes de que cerrasen los colegios electorales en todo el continente (los últimos, en Italia, a las once de la noche).

La secretaria general de la CDU y posible sucesora de Angela Merkel en la cancillería, Annegret Kramp-Karrenbauer, reclamó la presidencia de la Comisión Europea para su compañero Manfred Weber, candidato del PPE. "Si, como parece, la noche electoral confirma que el PPE es la mayor familia en Europa, entonces está claro que Weber debe encabezar la Comisión", señaló Kramp-Karrenbauer.

Los socialdemócratas, que cuentan con el holandés Frans Timmermans como candidato a presidir la Comisión, no parecen haber logrado los avances esperados y España se perfila como su único bastión. En Alemania podrían quedarse como tercera fuerza, por detrás de conservadores y Verdes, lo que abre la opción a buscar a corto plazo una coalición para el Gobierno federal.

La debilidad socialdemócrata complica la propuesta de Timmermans de forjar una alianza progresista en Bruselas para reducir por primera vez la fuerza del PPE en las instituciones. La idea pretendía abarcar a un arco parlamentario "desde Macron hasta Tsipras", en alusión a los liberales franceses y los izquierdistas griegos. Las primeras proyecciones indican que una alianza de cuatro partidos (socialistas, liberales, verdes e izquierda) se quedarían a una decena de los 376 escaños necesarios para nombrar al presidente de la Comisión.

El plan también puede quedar muy debilitado si se confirma que el grupo de Macron, Renacimiento, es derrotado en las urnas por Reagrupamiento Nacional (RN), de Marine Le Pen. El partido de Alexis Tsipras, Syriza, también parece abocado a un segundo puesto tras los conservadores de Nueva Democracia.

La derrota de Macron, si se confirma, sería especialmente significativa, porque el presidente francés había convertido la cita del 26 de mayo en una suerte de plebiscito sobre el proyecto europeo. El inquilino del Elíseo aspira a dar la vuelta al resultado de 2014, cuando el partido de Le Pen se convirtió en el más votado del país. Cinco años después, la ultraderechista mantiene casi intacto su empuje. Y el europeísmo entusiasta de Macron puede haber sufrido su primer batacazo en las urnas después de haber sido seriamente cuestionado por las protestas de los chalecos amarillos.


viernes, 17 de mayo de 2019

RAÚL GÓMEZ JATTIN PESADO, AGRESIVO, IMPRUDENTE: LOCO



Hay poetas y poemas que se le meten a uno en el alma, difícilmente podemos prescindir de ellos en la atribulada vida que nos corresponde. En el cielo profundo de mis masturbaciones/ocupas ese ámbito de deseo irrefrenable y voraz/Inagotable y tierno que te devora el sexo/aunque tú no lo sepas Tu cuerpo habita el mío/, Jatin es uno de ellos. Este artículo, tan bien hilvanado, publicado por el periódico “El espectador” de Colombia, me ha vuelto a recordar la vida de un hombre poco común, con un talento extraordinario y quien este país no supo comprender, menos querer. CESAR HERNANDO BUSTAMANTE

Laura Camila Arévalo Domínguez - Twitter: @lauracamilaad

Jattin, en una de las crisis mentales que padeció durante su vida, fue internado en un psiquiátrico en Bogotá. Cuando fue dado de alta se hospedó en el Grand Hotel, en el que escribió una serie de poemas que le sumaron más versos a su obra, concentrada en la muerte, la soledad, la ausencia de límites y la obsesión por la poesía.
¿Y qué es estar loco? Si todo el mundo se cree cuerdo. Todos quieren pertenecer al grupo de los que tienen el control de sí mismos y prefieren que se les reconozca como prudentes, sensatos u oportunos. ¿Cómo se vive desde la locura? ¿Qué colores se verán a través de los lentes de la psicosis? ¿Serán otros? Raúl Gómez Jattin sí sabía, o eso dijeron todos los que lo rodearon o lo abandonaron: pesado, agresivo, imprudente: loco.

“Acerca de Cedipus” es una antología de poemas inéditos que Gómez Jattin dejó abandonados en 1988 en la habitación del Grand Hotel, un lugar que quedaba en frente del Museo del Oro en Bogotá y que ya fue demolido. Eso textos, algunos escritos a mano y otros a máquina, fueron recuperados por Joaquín Mattos Omar, escritor y periodista, que decidió guardarle las cosas a Jattin, quien para esos días era humo que aparecía y desaparecía dependiendo de que tan cuerdo o que tan loco lo encontraba el mundo para tolerarlo.
Gómez Jattin vivía en Cereté, Córdoba, un pueblo cerca de Cartagena. Allí nació y vivió la mayor parte de su vida. De allí se fue para corresponderle a la idea del éxito que tanto promovía su padre y que se acercaba mucho a esas leyes tan parecidas a los muros y a esas normas tan similares a los límites. Allá volvió después de estrellarse con el derecho y concluir que no había nacido para nada que tuviera que ver con ser correcto. Jattin se decidió por el arte, la única vía con la que podía producir de la mano de su locura, que se desató mientras buscaba la cordura. Mientras Jattin escalaba hacía los picos del éxito, se le caían de los bolsillos los tornillos para ajustarse a lo diáfano, lo claro, lo brillante, lo aceptado.
Una crisis mental fue la causa para que Mattos se encontrara con Jattin aquel marzo de 1988, ya que el hermano del poeta decidió internarlo en un psiquiátrico de la capital y por los días en los que se toparon, Jattin tenía un permiso especial para pasear por las calles de La Candelaria acompañado de una enfermera. Fue la misma época en la que se publicó su “Tríptico cereteano” y se quedó durante aproximadamente ocho meses en Bogotá. Este tiempo culminó cuando de nuevo la esquizofrenia se le atravesó y abandonó el hotel.

Durante los días en el Grand Hotel, según Mattos, Jattin escribió una serie de 31 poemas que tomaron a los personajes del “célebre mito griego del rey Tebas que mató a su propio padre y luego se casó son su propia madre”, y los hizo suyos. El protagonista, Œdipus, fue el encargado de ser el portavoz de sus pensamientos, sus odios y sus amores. A Yocasta la amó tanto como a su madre, tanto que lo llevó a culparse por aquel amor desbordado que no podía contener, como nada de lo que le brotó de su centro. A Layo, el padre, lo amó para después odiarlo, querer matarlo y entender que para enterrarlo tenía que vivir distinto, tenía que abrazar el arte y sepultarlo a él en sus días como poeta. A su padre lo mató el día en el que decidió escribir versos para comer, o para intentar comer, comprar droga, sobre todo yerba, y entregarse al placer de ignorar los mandatos de la biblia, la aparente pulcritud de la moral y las absurdas conveniencias de la heterosexualidad.

Después de que esos textos quedaron abandonados en ese hotel barato, quedarían muchos otros tirados en cada uno de los lugares en los que Jattin quiso poner en palabras lo que pensaba de la muerte. Cuando quiso, con su prosa sencilla, corta, sucia, atrevida y lejana a lo que los intelectuales consideraban poético, hablar sobre lo mucho que anhelaba encontrarse con Borges o Pessoa, para abandonar este mundo en el que los demás lo despreciaban por su evidente “carencia de sensibilidad” ya que solamente lo buscaban para “comprar un rato / de su rara hermosura”, pero, finalmente, demostrarle lo mucho que los incomodaba. Jattin era incómodo, olía mal, se veía sucio y se la pasaba discutiendo con árboles a los que les rebatía sus argumentos sobre este mundo que prometía vida y que, para él, que quería la muerte, “no quedaba nada apacible para ver y amar”.




“ME ACERCO A MI FIN

Veo mi ceguera acecharme
No quiero ver lo que me rodea
Todo me parece horrible e inacabado
Tengo ganas de arrancarme los ojos”.

Jattin, que adoraba a Jaime Jaramillo Escobar, Álvaro Mutis, Octavio Paz y Fernando Pessoa, miraba embelesado las montañas y el mar. Jattin, que entonaba como suyas las letras cantadas por Diomedez Díaz “Ese que escribe versos, repletos de verano, estando en primavera, ese soy yo”, tenía conversaciones fluidas y agradables con otros escritores que lo admiraron y lo siguieron por su amplia cultura. Jattin, que decidió relegar su intelectualidad para producir textos vulgares que mostraran la oscuridad que él percibía del mundo, bromeaba como un niño. Jattin, que se entregaba entregaba plácido a las canciones de Joan Manuel Serrat, se intoxicaba sin compasión con la cocaína que metía por su nariz con ayuda de un cuchillo de cocina.
Los poemas que encontró Mattos estaban escritos en un recetario llamado LEPONEX, en donde seguramente algún médico le ordenaría la medicación para el control de su esquizofrenia. Esos poemas hablaron de la crudeza con la que Jattin llevó su cordura, la grandeza con la que recibió su locura y la nobleza con la que se le lanzó a la muerte.

Estos dos poemas lo he agregado, como una impostura necesaria.


EL DISPARO FINAL EN LA VÍA LÁCTEA


En el cielo profundo de mis masturbaciones
ocupas ese ámbito de deseo irrefrenable y voraz
Inagotable y tierno que te devora el sexo
aunque tú no lo sepas Tu cuerpo habita el mío

Y es tan mío como no pudo serlo allá
en la realidad Es mío cuando yo te deseo
De esa misma manera impalpable y eterna
como este libro es tuyo Como yo soy de ti

Habitamos el ocho Doble infinito
de los dos universos El 8 de los círculos
El que parece dos astros hermanos y gemelos
El que parece dos ojos Dos culos cercanos
El que parece dos testículos besándose

Cuando llegas a mi cielo estoy desnudo
y te gustan las columnas de mis piernas
para reposar en ellas Y te asombra
mi centro con su ímpetu y su flor erecta
y mi caverna de Platón carnal y gnóstica
por donde te escapas hacia la otra vida

Y en ese cielo te entregas a ser lo que verdaderamente
eres Agresión de besos Colisión de espadas
Jadeo que se estrella como un mar contra mi pecho
Locura de tus ojos orientales alumbrando
la aurora del orgasmo mientras tus manos
se aferran a mi cuerpo Y me dices
lo que yo quiero y respiras tan hondo
como si estuvieras naciendo o muriendo
Mientras nuestros ríos de semen crecen
y nuestra carne tiembla y engatilla su placer
hacia el disparo final en la Vía Láctea

En las sábanas de nuestro cielo hay nubes
perfumadas de axilas y delicados residuos
el amor En la almohada el hueco
que tu cabeza ha dejado oloroso a jazmines
Y en mi alma y mi cuerpo el inmenso dolor
de saber que desprecias mi amor

Oh tú por quien mi vida renació
dentro la lumbre de la muerte 





UN PROBABLE CONSTANTINO CAVAFIS A LOS 19

Esta noche asistirá a tres ceremonias peligrosas
El amor entre hombres
Fumar marihuana
Y escribir poemas

Mañana se levantará pasado el mediodía
Tendrá rotos los labios
Rojos los ojos
Y otro papel enemigo

Le dolerán los labios
Y le arderán los ojos como colillas encendidas
Y ese poema tampoco expresará su llanto






sábado, 4 de mayo de 2019

LIBERTAD, IGUALDAD Y FRATERNIDAD: SIMONE DE BEAUVOIR



El tema del feminismo y la condición tras género, para no hablar de los derechos sexuales en toda su amplitud, está en su mayor efervescencia, la condición femenina por supuesto, ha sido tratada con igual cuidado, Bluteer expone la amplitud del mismo con mucha eficacia y claridad al presentar su libro “Genero en Disputa”: “Me parecía –y me sigue pareciendo- que el feminismo debía intentar no idealizar ciertas expresiones de género que al mismo tiempo originan nuevas formas de jerarquía y exclusión; concretamente, rechacé los regímenes de verdad que determinaban que algunas expresiones relacionadas con el género eran falsas o carentes de originalidad, mientras que otras eran verdaderas y originales”. El tema desde Simone de Beauvoir ha sido abordado con  lúcidez,  aún es muy difícil tratarlo sin caer  en los dogmas que la misma disputa genera. Este es un excelente artículo aparecido en “Letras Libres” sobre lo que significó la obra de esta autora Francesa al respecto, el tema lógicamente aún no se agota. CESAR HERNANDO BUSTAMANTE HUERTAS.


Elvira Navarro 01 abril 2019

En la introducción a "El segundo sexo", Simone de Beauvoir afirma haber dudado mucho antes de escribir un libro sobre la mujer. “Es un tema irritante, sobre todo para las mujeres, y no es ninguna novedad. La polémica del feminismo ha hecho correr tinta suficiente, y ahora está prácticamente cerrada.” Al día de hoy, cuando el feminismo hace correr ríos de tinta, tal afirmación resulta chocante. Sin embargo, en realidad también era chocante entonces, y el propio libro de Beauvoir lo demuestra a pesar suyo, pues a esa afirmación le siguen casi mil páginas probatorias de dos cosas: que sobre feminismo estaba casi todo por decir y que la filósofa francesa escribe desde una vibrante contradicción. La contradicción es casi siempre el lugar más fértil para el pensamiento, pues obliga a revisar las propias resistencias, a poner en tela de juicio el posicionamiento de partida. Y ello implica, a su vez, atreverse a dejarlo atrás cuando se advierte el error. Marguerite Duras decía en Escribir que si supiera lo que iba a escribir antes de escribirlo no escribiría nada, pues ya estaría escrito. Y aunque ella era narradora, la sentencia vale lo mismo para el ámbito del pensamiento. ¿De qué sirve recorrer un conflicto si no es para arrojar un poco de luz, y qué luz no lleva a quien la descubre a otro lugar?

En Beauvoir la resistencia era fuerte. Ni siquiera se consideraba feminista tras pergeñar El segundo sexo, donde incluso llega a decir lo siguiente: “Muchas mujeres de nuestro tiempo, que han tenido la suerte de recuperar todos los privilegios del ser humano, pueden darse el lujo de ser imparciales. [...] Ya no somos, como nuestras mayores, unas luchadoras, más o menos, hemos ganado la partida.” Se hizo feminista más tarde, tras recibir cartas de lectoras de distintos países que le relataban sus experiencias, y que evidenciaban que la partida todavía estaba por ganarse.

¿Quién era la Simone de Beauvoir de antes de El segundo sexo, esa que consideraba haber recuperado todos los privilegios? Sin duda, una mujer que gozaba de reconocimiento y de una buena posición social. Tras una infancia marcada por la ruina económica y el deterioro de la relación entre sus padres, se abrió pronto paso por sí misma gracias a un ambicioso plan de vida concebido en su adolescencia, cuando decidió ser escritora. Estudiante brillantísima, se licenció en un tiempo récord en letras con especialización en filosofía, y a los veintiún años ya era profesora, oficio que ejerció en los liceos de Marsella, Ruán y París, hasta que en 1943, tras el escandaloso éxito que supuso la publicación de su novela de trasunto autobiográfico La invitada (argumento: triángulo amoroso entre dos adultos y una jovencita), es suspendida de la Educación Nacional a causa de una denuncia puesta por la madre de una de sus alumnas. Hacía algunos años que la escritora mantenía relaciones con sus pupilas, y también con algún alumno de Jean-Paul Sartre, quien era ya su inseparable partenaire. La pareja Beauvoir-Sartre abominaba, por ética, la moral burguesa. Su relación fue abierta, y aunque Sartre le pidió matrimonio, Beauvoir rechazó la propuesta por coherencia: pensaba que eso destruiría su independencia, basada en la libertad. Durante la Ocupación trabajó para la radio libre francesa, y tras la liberación de París se le permitió regresar a la docencia. En 1944 publicó el ensayo Pyrrhus et Cinéas [en español se tituló ¿Para qué la acción?] y en 1945 la novela La sangre de los otros; y este mismo año fue cofundadora junto a Sartre, Albert Camus y Maurice Merleau-Ponty de una revista que logró ser una referencia política y cultural del pensamiento francés de mitad del siglo XX, Les Temps Modernes, por la que desfilaron escritores e intelectuales de primer nivel como Boris Vian, Raymond Aron, Samuel Beckett o Jean Baudrillard. En los años siguientes publicó tres libros más: la novela Todos los hombres son mortales (1946), el ensayo Para una moral de la ambigüedad (1947) y el diario de viaje América día a día (1948).

Así pues, cuando salió El segundo sexo en 1949, obra con la que se consagra definitivamente, Simone de Beauvoir estaba bien asentada. Su escritura responde, según relata ella misma en La fuerza de las cosas (tercer tomo de sus Memorias), a que, tras escuchar a mujeres que habían rebasado los cuarenta años decir que habían vivido como “seres relativos”, quiso investigar todos los condicionantes que impedían a las féminas realizarse plenamente. Ella estimaba que no había corrido la misma suerte que esos “seres relativos”, y fue Sartre quien le recordó que había sido educada como un hombre, lo que la hizo reflexionar sobre sus circunstancias. En 1946 comienza el ensayo destinado a convertirse en una obra capital del siglo XX, y que vendría a ser, entre otras muchas cosas, una suerte de plan para el cumplimiento del programa ilustrado a través del feminismo. Son varios los frentes que aborda con una exhaustividad y un rigor que hacen que, al día de hoy, su lectura todavía siga siendo imprescindible para cualquiera que quiera formarse en la materia.

El abordaje es interdisciplinar. Dividida en dos partes (“Los hechos y los mitos” y “La experiencia vivida”), que a su vez se subdividen en otras tantas, El segundo sexo recorre distintos campos con sus respectivas tesis sobre por qué la mujer siempre ha sido considerada un ser inferior o, al menos, dependiente del hombre. La biología, la psicología psicoanalítica, el materialismo histórico, la Historia o los mitos son objeto de análisis y, en su caso, de refutación en “Los hechos y los mitos”, mientras que “La experiencia vivida” relata las distintas etapas de la vida de la mujer (la infancia, la juventud, la madurez y la vejez), dedicándole un capítulo al lesbianismo y deteniéndose en varias figuras recurrentes: la narcisista, la enamorada y la mística. El punto de partida es la consideración de la mujer como Otro absoluto, y lo que se rebate es el esencialismo presupuesto en esta división de contrarios (hombre y mujer) que jamás se reconocen el uno en el otro, que nunca mudan sus papeles: el hombre es el eterno sujeto y la mujer el eterno objeto, sometido y cautivo, condenado a la inmanencia de su condición. A la mujer la determina, en primer lugar, la biología. Según el existencialismo, que es donde se sitúa Beauvoir, las personas somos seres arrojados a la existencia que solo conquistamos nuestra entidad, esto es, que solo nos trascendemos, si somos capaces de ir más allá de nuestros condicionamientos biológicos y sociales afirmando nuestra libertad a través de los proyectos que decidimos acometer, en un flujo continuo donde superamos lo que somos. Trascendencia se opone a inmanencia, y es el espacio en donde el ser humano justifica su existencia, la dota de sentido, la honra, a diferencia de la degradación que tiene lugar cuando no trasciende, cuando se queda en lo que simplemente le es dado, ya sea por voluntad propia o porque las circunstancias lo imposibilitan. Esto último da lugar a la frustración y a la opresión.

A la mujer se la ha impedido trascender interesadamente, ya que gracias a su permanencia en la casilla de la Otra, el varón siempre conserva algún privilegio, aunque sea irrisorio: si él mismo no trasciende, si es el último mono de su comunidad, siempre habrá, no obstante, alguien más insignificante que él, la hembra, ante la que se asumirá superior. En este sentido, El segundo sexo puede leerse también como una teoría del ego en la medida en que este se afirma negando al otro. Por otra parte, de esta premisa, demostrada con solvencia en los diferentes campos que se abordan, se deriva la célebre sentencia de que “la mujer no nace, se hace”, idea popularizada y aceptada hoy con amplio acuerdo, sea por la vía positiva o la negativa, esta última especialmente en el ámbito de la biología, pues la ciencia, como bien muestra Angela Saini en su libro Inferior, apoyando con datos la tesis de Beauvoir de que es la cultura la que interpreta la naturaleza, está determinada por la ideología, de tal manera que no hay modo de concluir que el varón sea superior a la hembra y sí, en cambio, que la ciencia no es un lugar neutro, independizado de la ideología (uso el término “ideología” en un sentido amplio, refiriéndolo al conjunto de ideas fundamentales de una persona, de una colectividad, de un tiempo y de una cultura), lo que explica que los resultados que arrojan no pocos estudios científicos se acaben pareciendo sospechosamente a los prejuicios de la época y de quienes los llevan a cabo.

Simone de Beauvoir, como luego le criticaría el feminismo de la diferencia, tampoco está a salvo de los prejuicios de su época y de su cultura. Postula que la mujer está más condicionada que el hombre en el ámbito biológico debido al mandato de la reproducción de la especie, y que por tanto para ella es más difícil esa trascendencia que en los hombres parece casi “natural”. El modelo por el que se trasciende es, pues, masculino. Mientras que la maternidad es vista como sumisión a los ciclos de la vida, como inmanencia, la tarea del hombre se asimila a la del guerrero dispuesto a poner en riesgo su vida para aumentar el prestigio de la horda. La filósofa obvia que ahí el hombre está igualmente al servicio de la supervivencia biológica. La especie no solo se perpetúa pariendo, sino también cazando, protegiendo y creando inventos nuevos con los que dominar la naturaleza. “Prefiere a la vida razones para vivir, el hombre se ha impuesto como amo frente a la mujer; el proyecto del hombre no es repetirse en el tiempo: es reinar sobre el instante y forjar el futuro”, sentencia. Y este es otro de los puntos más endebles del libro: su idea de “trascendencia” no trasciende, sin embargo, el paradigma judeocristiano de desprecio hacia la vida y obediencia a una salvación que tendrá lugar en el futuro.

Pero estas críticas no restan ni un ápice de valor a esta obra capital y hercúlea que, amén de apuntalar con toda rigurosidad cómo no hay una esencia “mujer”, lanza un mensaje que todavía no hemos aprendido, a saber: que la igualdad no beneficia solo a las mujeres, sino también a los hombres. ¡Libertad, igualdad, fraternidad! ~