El marco
racional de los derechos inscritos en la constitución y los códigos, define al
tenor de ley, el modelo de estado, las conductas y las normas que rigen a una
sociedad, en un convenio inscrito en la constitución nacional, que es la ley de
leyes, el acuerdo general de la sociedad, entre gobernados y gobernantes, en un
modelo estado que para la mayoría de naciones de occidente es la democracia liberal,
que se apoya en el multilateralismo. El lenguaje, la definición de los términos
en el derecho constitucional y en la ley es de suma importancia. En el derecho penal, por ejemplo, la tipicidad
es define las conductas punibles, las precisa de manera perfecta y le genera
consecuencias, son ejes de control social. Es el derecho como categoría de
mediación social entre facticidad y validez. Empiezo por recordar que tan solo en este mes van 47 masacres en Colombia.
Hablar de
asesinatos colectivos, debe saberlo muy claro el presidente y no de masacres, de
antemano supone diferencias muy grandes, lo sabe un estudiante de primer año de
derecho, el presidente colombiano, siempre manejado por su partido, quiere
esquivar las responsabilidades como gobierno y por ende del estado por omisión
en todos estos oprobiosos sucesos de asesinatos y masacres, lo que es peor, a
darle al grave un tratamiento de tercera, cuando vamos en solo un mes a llegar
a 50 personas asesinadas en
circunstancias especiales. Nadie en este gobierno se ha leído con juicio el
acuerdo de la FARC, 310 paginas, hay que estudiarlo, así sea para estar en
descuerdo, donde se generan los protocolos, los enrutamientos, las reformas
sociales, los mecanismos de sustitución y la prospectiva de la nación para los
próximos diez años, sobre todo para estas vastas zonas que fueron las que dejó
la FARC. Este acuerdo es ley de la república, tiene mecanismo de aplicación y
financiación propios y requiere solo de la voluntad política para hacerlo, pero
esta no se visualiza por ningún lado. Tiene salidas en falso, para esquilmar
sus responsabilidades, está pasando lo mismo que cuando el centro democrático,
hace muy poco propuso “El estado de opinión” con perversas intenciones,
mecanismo para acabar con los contrapesos de la democracia e imponer una
dictadura, con una sutiliza enfermiza que parte de conceptos que rompen con
ejes sustanciales del estado. No son simples conceptos, como nos lo quieren
hacer saber, va mucho más allá de la mera definición semántica sin sentido
alguno, no es tan ingenuo como lo indican. En un texto de Habermas habla de dos
ejes vitales en materia de derechos para la democracia liberal, el principio
del discurso y las formas del discurso, ósea la forma jurídica de las normas.
El primero se refiere al articulado que habrían de reconocerse sujetos
jurídicos que quieren regular legítimamente su convivencia por el derecho
positivo. la segunda se trata de norma en las que se prescinde de la capacidad
del destinatario de ligar el discurso por propia voluntad; que se refiere a
asuntos bien tipificados y que, por tanto, representan en su manera violenta una
abstracción frente a la complejidad del mundo de la vida.
El gobierno
quiere eliminar el término “Conflicto Armado” por esa vía desconoce gran parte
de nuestra historia y las responsabilidades del gobierno después de los
acuerdos de la Habana, no es nada ingenua la propuesta realizada, representa el
desconocimiento de la historia que, paradójicamente está sobre estudiada en más
de quinientas publicaciones escritas por grandes tratadistas y la academia.
Estamos
frente a una derecha que no da tregua, el deseo de un estado fascista, que
empieza por configurar los cambios desde la semántica, responde a una idea del
estado precisa, la que construye su propia historia de acuerdo a conveniencias
ideológicas.
Habermas categoriza
como se afirma de manera eficaz estos acuerdos y simbolización de la vida: “Como
una forma de diálogo político, de comunicación constructora de convivencia y
consenso. Establece que las sociedades postmodernas solo podrán conjugar la
diversidad y la tolerancia, mitigar las disparidades generadas por los mecanismos
del mercado, superar la anomia (ausencia de ley) y soledad fruto de las nuevas formas
de vida familiar y el envejecimiento, mediante la plena incorporación de formas
efectivas, amplias y consensuadas de diálogo, comunicación y participación
consciente en la vida política y social”. Es el sistema de derecho contenido en
la ley, donde las palabras son de suma importancia y delimitan los derechos y
acciones, además la relación del estado con el ciudadano, la gobernanza. Cada
palabra tiene un peso específico. Los penalistas saben lo importante de esto,
el código penal es el mejor ejemplo.
Más allá de
estas consideraciones jurídicas es vital responderle al país, la pregunta es:
Cómo vamos a salir de esta situación tan difícil, que compromete al gobierno
directamente, que ha sido fatal para la juventud y para la sociedad en estas
zonas vulnerables. Para una sociedad, sentir que el estado no ha perdido el
control, que el mismo es la suprema expresión de la sociedad y del acuerdo
contemplado en la constitución nacional, resulta necesario para sentir que
tenemos futuro, que saldremos adelante después de 50 años de conflicto que se
traduce en asesinatos a granel e inestabilidad social. Todos los días nos
levantamos con noticias de sangre, con el asesinato de líderes sociales y no
pasa nada.