jueves, 9 de julio de 2020

EL “OTOÑO DEL PATRIARCA” DE GGM Y LOS GOBERNANTES QUE NOS AGOBIAN

CESAR HERNANDO BUSTAMANTE HUERTAS
Deberíamos releer esta formidable novela de Gabo para poder entender lo que está pasando en Latinoamérica, en la sólida democracia de los Estados Unidos y con algunos gobiernos de Europa en los últimos años. Es un fenómeno mundial, se han perpetuado en el poder dictadores, curiosamente desde la democracia, llegan legítimamente y después se perpetúan con el apoyo popular, una paradoja, le tuercen el cuello al sistema. La novela de Gabo describe al dictador capaz de vender el mar, su narrativa rompe totalmente con el espacio y el tiempo lineal, muestra los embelesamientos del poder con simbolismos y metáforas que fracturan la realidad. El dictador siempre se sobre-pone a la realidad, la anula para forjar la suya. Actúa con el poder de Dios: “La primera vez que lo encontraron, en el principio de su otoño, la nación estaba todavía bastante viva como para que él se sintiera amenazado de muerte hasta en la soledad de su dormitorio, y sin embargo gobernaba como si se supiera predestinado a no morirse jamás, pues aquello no parecía entonces una casa presidencial sino un mercado donde había que abrirse paso por entre ordenanzas descalzos que descargaban burros de hortalizas y huacales de gallinas en los corredores(El otoño del patriarca)”. Acabo de leer un artículo de Enrique Krauze en la revista “Letras Libres” sobre Andrés Manuel López Obrador. Lo describe desde el cumulo de decisiones absurdas, sin explicación alguna. Este un fenómeno mundial: Vladímir Putin, Recep Tayyip Erdoğan, Narendra Modi, Nicolás Maduro, Rodrigo Duterte, Jair Bolsonaro, Benjamín Netanyahu, Matteo Salvini y Donald Trump.
Enrique Krauze, refiriéndose a Andrés Manuel López Obrador, en un artículo que titula: “Un gobierno destructor”, enumera la infinidad de decisiones ilógicas que ha hecho el presidente actual de México, siempre a nombre del pueblo. Actúa como un pastor, desde dogmas religiosos, sin piso institucional, sembrando resentimientos muy peligrosos, con absoluto desconocimiento del estado y las instituciones. De hecho, nulo para la economía.  Kruaze hace un paralelo con Chavez para poder entenderlo. Escribe: “El dictador venezolano fue capaz de acabar con uno de los países más ricos del mundo en una década: “Menos macabro hasta ahora, AMLO ha llevado la obsesión por la historia a extremos similares. La historia para él es un oráculo al que recurre con dos ópticas convergentes en su propia persona: la “teoría de los grandes hombres” y el libreto de la revolución social pacífica. Según la teoría, la historia mexicana es un elenco de héroes a quienes López Obrador busca emular y superar. Según el libreto, la historia es una promesa de redención social incumplida, desvirtuada, traicionada, que es preciso retomar en una “cuarta transformación”, acaudillada por él, cuyo fin será completar la obra de la Independencia, la Reforma y la Revolución”. México puede retroceder lo poco que había ganado en su democracia. México vive actualmente una de las peores crisis económicas, en todo caso el presidente afirma frente a la crisis ocasionada por la pandemia del COVI: “Que quiebren las empresas que tienen que quebrar. “Hace poco declaró que las medidas habituales de crecimiento económico, como el PIB, son inútiles: lo que importa es el bienestar espiritual del pueblo (Letras libres. Krauze)”. Este es un fenómeno recurrente en nuestra historia. Estos hombres triunfan, porque la teoría de la redención sigue vigente, tenemos mente pastoril, creer que un hombre redimirá a estos pueblos es un acto de fe que se repite, tema que de antemano confirma nuestra religiosidad, el mesías nos sacará de todos los problemas. En Colombia el último presidente, el doctor Duque, ganó las elecciones, porque el último patriarca vigente, el doctor Älvaro Uribe, les dijo a sus electores, como lo hace el dictador, voten por este o por aquel, y sus electores desde el redil, nunca cuestionan, acatan la orden sin discusión alguna, en uno de los hechos políticos más raros en el espectro político latinoamericano. El señor Uribe  señala quien es el sucesor y lo escoge, de igual manera hace las listas para el senado y la cámara, así lo ha hecho en las últimas elecciones. Es el mesías. Hubo un tiempo en que México desde el PRI, desde unos protocolos, nombraba el candidato y este a su sucesor.  Argentina no ha encontrado norte desde hace muchos años, aún espera a su redentor, por ello, siempre vuelve al peronismo redomado. Leer el otoño del patriarca, constituye una manera de entender estos fenómenos desde la ficción, lleva esta realidad a extremos imaginables.  Brasil tiene un presiden absolutamente salido de tono, es la paranoia en el poder, por fuera de toda sindéresis. No se sí aun es popular o no, este pueblo de grandes universidades, con verdaderas megalópolis, tiene un loco por presidente. Hace poco le hizo saber al mundo que poco le importa la de-forestación del Amazonas y de alguna manera la propicia. Ortega en Nicaragua, no sólo es un dictador, sino que desaparece a sus opositores, no disimula la capacidad para matar, desplazar y torturar, maneja la justicia a su antojo. Sobra decir que se enriqueció con el erario público.




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