CESAR HERNANDO BUSTAMANTE HUERTAS
Deberíamos
releer esta formidable novela de Gabo para poder entender lo que está pasando
en Latinoamérica, en la sólida democracia de los Estados Unidos y con algunos
gobiernos de Europa en los últimos años. Es un fenómeno mundial, se han perpetuado
en el poder dictadores, curiosamente desde la democracia, llegan legítimamente y
después se perpetúan con el apoyo popular, una paradoja, le tuercen el cuello al
sistema. La novela de Gabo describe al dictador capaz de vender el mar, su
narrativa rompe totalmente con el espacio y el tiempo lineal, muestra los
embelesamientos del poder con simbolismos y metáforas que fracturan la
realidad. El dictador siempre se sobre-pone a la realidad, la anula para forjar
la suya. Actúa con el poder de Dios: “La primera vez que lo encontraron, en el
principio de su otoño, la nación estaba todavía bastante viva como para que él
se sintiera amenazado de muerte hasta en la soledad de su dormitorio, y sin
embargo gobernaba como si se supiera predestinado a no morirse jamás, pues
aquello no parecía entonces una casa presidencial sino un mercado donde había
que abrirse paso por entre ordenanzas descalzos que descargaban burros de hortalizas
y huacales de gallinas en los corredores(El otoño del patriarca)”. Acabo de
leer un artículo de Enrique Krauze en la revista “Letras Libres” sobre Andrés
Manuel López Obrador. Lo describe desde el cumulo de decisiones absurdas, sin
explicación alguna. Este un fenómeno mundial: Vladímir Putin, Recep Tayyip
Erdoğan, Narendra Modi, Nicolás Maduro, Rodrigo Duterte, Jair Bolsonaro,
Benjamín Netanyahu, Matteo Salvini y Donald Trump.
Enrique
Krauze, refiriéndose a Andrés Manuel López Obrador, en un artículo que titula:
“Un gobierno destructor”, enumera la infinidad de decisiones ilógicas que ha
hecho el presidente actual de México, siempre a nombre del pueblo. Actúa como
un pastor, desde dogmas religiosos, sin piso institucional, sembrando
resentimientos muy peligrosos, con absoluto desconocimiento del estado y las
instituciones. De hecho, nulo para la economía.
Kruaze hace un paralelo con Chavez para poder entenderlo. Escribe: “El
dictador venezolano fue capaz de acabar con uno de los países más ricos del
mundo en una década: “Menos macabro hasta ahora, AMLO ha llevado la obsesión
por la historia a extremos similares. La historia para él es un oráculo al que
recurre con dos ópticas convergentes en su propia persona: la “teoría de los
grandes hombres” y el libreto de la revolución social pacífica. Según la
teoría, la historia mexicana es un elenco de héroes a quienes López Obrador
busca emular y superar. Según el libreto, la historia es una promesa de
redención social incumplida, desvirtuada, traicionada, que es preciso retomar
en una “cuarta transformación”, acaudillada por él, cuyo fin será completar la
obra de la Independencia, la Reforma y la Revolución”. México puede retroceder lo poco que había ganado en su democracia. México vive actualmente una de las peores crisis económicas, en todo caso el presidente afirma frente a la crisis ocasionada por la pandemia del COVI: “Que quiebren las empresas que tienen que quebrar. “Hace poco declaró que las medidas habituales de crecimiento económico, como el PIB, son inútiles: lo que importa es el bienestar espiritual del pueblo (Letras libres. Krauze)”. Este es un fenómeno
recurrente en nuestra historia. Estos hombres triunfan, porque la teoría de la
redención sigue vigente, tenemos mente pastoril, creer que un hombre redimirá a
estos pueblos es un acto de fe que se repite, tema que de antemano confirma
nuestra religiosidad, el mesías nos sacará de todos los problemas. En Colombia
el último presidente, el doctor Duque, ganó las elecciones, porque el último
patriarca vigente, el doctor Älvaro Uribe, les dijo a sus electores, como lo
hace el dictador, voten por este o por aquel, y sus electores desde el redil,
nunca cuestionan, acatan la orden sin discusión alguna, en uno de los hechos
políticos más raros en el espectro político latinoamericano. El señor Uribe señala
quien es el sucesor y lo escoge, de igual manera hace las listas para el senado y la cámara, así lo ha hecho en las últimas elecciones. Es el mesías. Hubo un tiempo en que México desde el
PRI, desde unos protocolos, nombraba el candidato y este a su sucesor. Argentina no ha encontrado norte desde hace muchos años, aún
espera a su redentor, por ello, siempre vuelve al peronismo redomado. Leer el
otoño del patriarca, constituye una manera de entender estos fenómenos desde la
ficción, lleva esta realidad a extremos imaginables. Brasil
tiene un presiden absolutamente salido de tono, es la paranoia en el poder, por
fuera de toda sindéresis. No se sí aun es popular o no, este pueblo de grandes
universidades, con verdaderas megalópolis, tiene un loco por presidente. Hace
poco le hizo saber al mundo que poco le importa la de-forestación del Amazonas
y de alguna manera la propicia. Ortega en Nicaragua, no sólo es un dictador,
sino que desaparece a sus opositores, no disimula la capacidad para matar,
desplazar y torturar, maneja la justicia a su antojo. Sobra decir que se
enriqueció con el erario público.
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