Hay una serie de
novelas que son precursoras de un
estilo, de otras obras y está descontada su influencia en algunos autores muy
importantes. Pocos escritores reconocen
estas influencias. Harold Bloon trató el tema en un libro formidable: “Anatomía
de la influencia” y Borges en varios textos.
Herman Melville, en el siglo XIX, para el caso resulta emblemático como
ejemplo. Dentro de este contexto existen obras importantes para la literatura.
Citare para este trabajo las que a mi gusto resultan vitales y que de alguna
manera han influido en mi condición de lector hedónico. Son como grandes faros:
1. - John Dos Passos: “:
Manhattan Transfer.
2.- Joseph Conrad: El
corazón de las tinieblas.
3.- La familia de Pascual
Duarte: Camilo José Cela.
4.- John steinbeck: Al este
del edén.
5.- Doris Lessing. El
cuaderno dorado.
John Dos Passos: Siendo muy joven leí una
entrevista hecha a Gabriel García Márquez, donde citaba a este gran escritor y
recordaba lo que significó para su vida y su obra. Fuí a conseguir sus novelas
en mi ciudad natal Bucaramanga, que para la fecha tan solo tenía una librería. El librero, un avezado lector
frustrado de novelista, me dijo con agrado y entusiasmo, que no las tenía, pero que, amablemente me prestaba las suyas,
una a una, para que las leyera. Leí para
ese entonces Manhattan Transfer y comprobé como en su escritura estaban muchos
escritores preferidos por mí. Sus novelas son “amargas, pesimistas atacan
la hipocresía y el materialismo americano”. Esta novela como todas las suyas,
pretende abarcarlo todo. El titulo hace
alusión a la estación de Manhattan “y es la metáfora que impregna el libro y
que describe episodios de la vida de una serie de personas a lo largo de
treinta años”. Leer esta novela fue
descubrir a un precursor, desatornillar influencias que empecé a reconocer en
otros libros. Esta obra como todas las suyas, es pesimista por excelencia. El
estilo de este escritor realmente constituye un aporte sin igual para la
literatura del siglo XX. Son muchos los escritores que bebieron de estas
fuentes. Desde la primera lectura, hace más de treinta años, soy un adicto a su
obra y le sigo leyendo con el mismo entusiasmo de siempre.
Joseph Conrad: Este libro
fue publicado por entregas, como alguna de las novelas más importantes de
Dickens. Esta es la obra más
conocida y sobra decirlo una de mis
preferidas. Conrad es un verdadero
precursor. Su estilo constituye un faro para muchos escritores, que nunca han desconocido este hecho. En Colombia
Álvaro Mutis, García Márquez, Rojas Herazo, Collazos, para solo citar unos
pocos, reconocieron abiertamente la importancia de este autor en su obra. En el
mundo la lista sería interminable. Esta
novela escrita “en pleno auge del imperialismo Europeo y especialmente el
Británico, cuenta “el viaje que el protagonista, Marlow, hace por un río del
Congo en busca de Kurtz, un agente comercial que al parecer se ha vuelto loco,
ya que cruza la débil línea de sombra que separa el bien del mal y se entrega
con placer a las más terribles atrocidades”.
Esta novela inspiró la película
“Apocalipsis Now”.
Camilo José Cela: fue un
escritor excéntrico, de escándalos, se comportó como una vedet, concibió la
literatura como un instrumento de libertad, predicaba que el escritor no debe
estar sujeto a ninguna norma y así lo confirma su extensa obra experimental. Su vida se caracterizó por estar plagada de
grandes contradicciones, gracias a ello fue un hombre de odios y amores. Notoria
su cercanía al Franquismo y al dictador Venezolano Pérez Jiménez. En
todo caso su obra es valiosa e importante.
La familia de Pascual Duarte, novela que se desarrolla en la Extremadura
rural de antes de la Guerra Civil y durante ella y en la que su protagonista
cuenta la historia de su vida en la que se presenta la violencia más cruda como
única respuesta que conoce a los sinsabores de su existencia. Este libro
inaugura un nuevo estilo en la narrativa española, conocido con el término
«tremendismo». Es narrada por un campesino
desde la cárcel. Esta obra tiene
la particularidad de dejarse leer fácilmente, apasiona gracias a esta característica.
Esta novela me sorprendió por la utilización de recursos linguisticos
novedosos. Con la “Colmena” otra de sus novelas, se confirma la habilidad
de Cela frente a estas tecnicas. Al
igual que todo lo suyo, el nobel fue muy controvertido. Su obra en todo caso, es de suma importancia
para la literatura en el siglo XX.
John steinbeck: Al este
del edén. Transcribiré lo escrito por
Vargas llosa, que es certero sobre lo que pienso de este escritor y esta
novela, que leí ávidamente y fue la primera de aquellas que uno nunca suelta
hasta terminarla: Al este del Edén no es comparable con ninguna de las grandes
novelas norteamericanas de su tiempo y ni siquiera tiene los atributos de otras
novelas del propio Steinbeck, como el vigor de Las uvas de la ira o la
delicadeza de La perla. Adolece de algunos defectos de construcción —la falta
de coherencia en el punto de vista, por ejemplo— sorprendentes en un escritor
tan experimentado y diverso, y no sería difícil trazar un largo catálogo de sus
limitaciones en lo relativo a su arquitectura, a su estilo, al trazado de sus
caracteres, a la superficialidad de sus ideas y a la visión ingenua, maniquea,
de la vida social que ofrece. Y, sin embargo, pese a todo ello, es una historia
que se lee con apasionamiento, saltando las páginas, con el ánimo anhelante por
saber qué va a pasar. Quien la escribió era alguien que sabía qué contar,
aunque no hubiera alcanzado la pericia sobre el cómo contar de sus
contemporáneos Hemingway, Faulkner o Fitzgerald. No era un gran creador de
palabras ni de órdenes narrativos, pero sí un consumado relator, con un
instinto certero de lo que se debe decir y lo que se debe ocultar para excitar
la atención y prolongarla, y de qué medio valerse para, esquivando la
inteligencia del lector, fraguar personajes, situaciones, acciones que
golpearan directamente su corazón y sus instintos. Ese talento primitivo de
narrador congenia bien con el mundo primitivo que es el de la mayoría de sus
historias y en especial con el de Al este del Edén.
Un mundo a medio hacer,
haciéndose, donde los hombres aún luchan por domesticar la naturaleza y lo
hacen con sus propias manos encallecidas. Un mundo simple y frugal, organizado
por creencias tan rudas y sencillas como sus habitantes, en el que las grandes
hazañas físicas y la forma directa, campechana, de la existencia deja entrever,
sin embargo, de cuando en cuando, todo un infierno secreto de represiones,
frustraciones y violencias íntimas. Guardando todas las distancias, las
primeras novelas debieron escribirse en sociedades así, en mundos en parecido
estado de formación, para dar solaz, esparcimiento y premio a esos espíritus
fatigados en la dura lucha por la existencia. Las fantasías novelescas no
tenían por objeto entonces reproducir lo que esos hombres y mujeres ya conocían
de la vida. Más bien, completar su existencia con aquello que les faltaba, con
los fantasmas que sus deseos fraguaban para enriquecer la realidad. Esas
historias eran apasionantes e irreales, tiernas, terribles, extravagantes y
amenas, como lo es la de Al este del Edén. Leyéndola, el entretenido lector
siente que, con todos sus defectos, esta historia está amasada con el barro
magnífico de las más antiguas, de las indestructibles historias. Mario Vargas
Llosa.
Doris Lessing. El cuaderno dorado:
Descubrir a esta autora fue una de las experiencias más reveladoras, no solo
por la calidad de sus textos, sino por la utilización de un recurso literario
que le permite dentro de las obras ficcionales hablar de lo divino y humano. En
esta novela tiene páginas muy lucidas sobre la creación artística, la Europa de
la posguerra, la mujer en el contexto de
la sociedad moderna. Ahora pienso que fue precursora del recurso de la
auto-ficción tan de moda por estos tiempos. Esta novelista, como Sartre escribe
siempre desde la condición política,
dicta cátedra de acuerdo al tema
sobre la que gravita el argumento, sin perder la línea narrativa. Cuando ganó
el nobel, a pesar de su edad, preservaba una vigencia absoluta, podría
afirmarlo sin temor a equivocarme que siempre
ha sido una autora contemporánea. Sus novelas tienen un hondo calado
social. Doris Lessing, como lo fue
Saramago, es una de las pocas escritoras comprometidas políticamente. El cuaderno dorado es otra de las novelas que
siempre releo y cada vez que lo hago, como toda obra maestra, brinda gratas
sorpresas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario