lunes, 15 de marzo de 2021

VARIOPINTAS DE LA CRISIS

 La pandemia ha producido muerte, hospitales colapsados, quebrantos de salud, una población inerme llena de interrogantes, políticas públicas que se tradujeron en aislamientos, parálisis del mundo cómo nunca se había visto después de 1945, depresión, muchas reflexiones por supuesto. El virus del COVI, apareció hace un año intempestivamente y de la noche a la mañana la vida nos cambió abruptamente. 

Cómo apareció este virus letal. Las hipótesis son muchas: Fue producto de la manipulación humana, o peor, fue una estrategia en el marco de las tensiones hegemónicas entre las potencias, algo que se salió de las manos en esa guerra secreta en que permanecen las grandes potencias. Lo cierto es que de pronto nos anunciaron su asedio letal y se dieron medidas y disciplinas que implicaron cambios profundos.

Las ciudades quedaron solas, la economía se paró del todo, se nos obligó por prevención a utilizar tapaboca y fue preciso guardar distancias con la gente. De hecho, se generó entre los pares una desconfianza y con las personas de nuestro ámbito familiar y entorno una solidaridad antes no vista. Las actividades productivas, sociales por efectos de las medidas de prevención se pararon, nos dedicamos a lo básico: Sobrevivir a la espera de una solución.

Después de un año quedan muchas enseñanzas. La primera, que la sociedad de consumo no puede ir más, sería una irresponsabilidad. Los daños al planeta, al ecosistema, a la naturaleza por efecto de esta actitud demencial son muchos y de alguna manera estamos pagando y recibiendo lo que sembramos. La inequidad social definitivamente tiene que terminarse y la dirigencia mundial, frente a todo lo que ha pasado, debe comenzar a generar cambios sustanciales,  esta es una responsabilidad inaplazable. Cada uno de nosotros debemos entender y asumir que cuidar nuestro planeta constituye una prioridad que implica muchos cambios.

 Qué dejo la pandemia. Empecemos por resaltar las consecuencias en materia económica. “La economía a nivel mundial ha sufrido un vuelco de magnitudes históricas: Caída estrepitosa en el valor del petróleo, alzas sin precedentes en el precio del dólar, devaluación inimaginable que implicó la quiebra de compañías en sectores asociados al turismo (compañías de viajes, empresas de aviación, hotelería) y otro sin número de consecuencias económicas que ha llevado a poner en consideración incluso una gran recesión mundial”[1].  

Miremos este análisis.” En contraste, más recientemente, se ha establecido una nueva posición que considera los sistemas económicos como subsistemas ecosféricos creados por el hombre, totalmente dependientes de los recursos naturales del sol y de la tierra. A esta corriente se le ha denominado Economía Ecológica (Daly, 1975, 1995, 1997a, b) y constituye un movimiento que trata de hacer una revisión de la teoría económica actual desde el punto de vista ambiental, generando un nuevo orden económico (Romeiro, 1999; Amazonas y Nobre, 2002; May et al., 2003). 

El sistema productivo necesariamente debe revisarse, lo mismo la actitud de nosotros frente al planeta. Los daños ambientales son muchos y de seguir como vamos serán irreversibles. El punto de partida de los análisis ambientales consiste en aceptar que la actividad económica, sin la cual los seres humanos tendríamos dificultades para subsistir es toxica, es pertinente producir cambios en la forma como producimos, como trabajamos, la energía que utilizamos y al final. Por ocasión del paro de todas las actividades productivas y comerciales por un año, la ausencia total de movilidad en el mundo, estuvimos todos en casa, aislados, el planeta descansó de esa actividad loca y de paso nos fue mostrando cuánto daño le hemos hecho. Tan solo con seis meses de quietud, se vio el florecimiento de lugares que por razones de ese mal manejo ahora respira mejor, el verde resurgió, descansaba de nuestra actitud depredadora. Es un hecho que bajo sustancialmente la contaminación en ocasión a esta fase inercial del ciclo productivo, no importa que fuera por poco tiempo, nos enseñó que si queremos sobrevivir los cambios no dan espera.

En materia de salud mental los daños en ocasión al aislamiento son muchos. “las acciones implementadas por los países para intentar controlar la epidemia es la cuarentena. Sin embargo, esta trae consigo otros retos de salud que deben vencerse. Se han descrito —generalmente luego de las 72 horas— efectos psicológicos negativos, incluidos confusión, enojo, agotamiento, desapego, ansiedad, deterioro del desempeño y resistencia a trabajar, pudiendo llegar incluso a trastorno de estrés postraumático y depresión. Muchos de los síntomas se relacionan con los temores de infección, frustración, aburrimiento, falta de suministros o de información, pérdidas financieras y el estigma”[2].  Estos son los resultados mas relevantes. Después de un año de aislamiento aún no sabemos como se resolverá este galimatias. Sólo esperamos volver a la normalidad con los cambios que sea necesario asumir.







[1] Efectos de la economía en tiempos de pandemia. Maykol Alejandro Agudelo Amaya

Angie Marcela Osma Tamayo.

https://repository.ucatolica.edu.co/bitstream/10983/25153/1/Trabajo%20de%20grado%20Final%20%283%29.pdf

 

 





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