Apoteósico, genial, de
locura, artístico, por momentos de una perfección inusual, Colombia dejó al
mundo boca abierto con un plato gourmet que le dio a este mundial el toque de
calidad que hasta la fecha de este juego no aparecía. James, grande, genio, ponderado
pese a su edad. Quiero traer un escrito del periódico “El país “de España, que
me parece una síntesis magistral:
Hay en Brasil una
selección llamada Colombia que juega como los ángeles, fresca, divertida y
armónica, dulce y nada empalagosa, venenosa cuando ataca, tensa cuando
defiende, deliciosa con la pelota, nueva reina de Maracaná. No hay duda de que
es la heredera de aquella generación que tenía que conquistar Estados Unidos
después de causar admiración en Italia. La Colombia de Pékerman eliminó con una
pulcritud sobrecogedora a la pendenciera Uruguay. El partido fue un juego de
niños para la jovial y creativa Colombia del excelso James Rodríguez.
Estamos Lejos de comprender
el fenómeno del futbol. No es una religión como suelen tildar algunos avezados,
aunque se asimila perfectamente a sus estándares; siendo un negocio, casi una
mafia, no es esta la matriz absoluta que lo domina; alrededor suyo giran medios
de comunicación; ventas a granel de todo tipo, incluso los jugadores terminaron
convertidos en mercancía, pero esta situación no indigna a nadie; está rodeado
siempre de negocios inconmensurables con cifras monumentales; nos depara
siempre amores contrariados, en ocasiones viene con muerte, corrupción. Hay una
constante en este amor, como hinchas, cuando nuestro equipo pierde, jamás le abandonamos.
El futbol es todo esto y algo más, como la cosa en sí de Kant, como el ser de
Heidegger, nadie lo descifra, aunque lo
comprendemos con una tacita complicidad estamos lejos de comprenderlo de la A a
la Z; sabemos que mueve masas, genera gritos del alma, acaba con matrimonios,
despierta odios incurables. Su esencia es el gol y el centro de este galimatías
es un balón, una pelota como decía mi padre.
Nuestro país tiene una saga
de violencia que es record mundial, vivimos matándonos desde tiempos
ancestrales, generamos más muerte que Afganistán, que Irán, es el pan de
cada día nuestro, suele presentarse siempre en medio de un progreso
sorprendente, de ciudades bellas en pleno desarrollo, de gente hermosa que
esquiva o no quiere entender esta tragedia, realmente es una constante difícil
de intelegir. Cuál es el cambio que ha producido esta selección para nosotros.
Resulta ser el punto de unión y de convergencia total y sin discusión, el
técnico Pekerman acabó con todas las diferencias, se inventó el equipo más
importante de nuestra historia, es el más emblemático, aquel sobre el cual no
hay ni un ápice de señalamiento alguno, es puro corazón y por su puesto
excelente juego.
Con esta selección se ha
producido un cambio absoluto, son jugadores jóvenes maduros, cosmopolitas,
poliglotas, nada crecidos y fieles a sus responsabilidades, con una virtud
excepcional: Ponderados.
Vivimos realmente un
momento especial, el optimismo no nos cabe y por primera vez nuestra alegría
corresponde a las expectativas reales: Tenemos un gran equipo.
UNA
BIOGRAFÍA DE JAMES PARA PROFANOS
Nacido para golear
El fútbol está en su
sangre. Su papá estuvo en una selección juvenil en 1985 y jugó profesionalmente
hasta 1992. Por eso, James Rodríguez nació en Cúcuta, una calurosa ciudad
fronteriza con Venezuela, donde su padre jugaba en un equipo de primera
división. Su carrera no prosperó por la indisciplina, pero quienes lo vieron
jugar dicen que sabía manejar el balón.
Sin embargo, sus caminos se
separaron cuando James apenas tenía tres años y su mamá lo llevó a Ibagué, una
ciudad central conocida como la capital musical de Colombia. Allí, su padrastro
Juan Carlos Restrepo le vio el potencial y lo impulsó. Apenas cumplió cinco
años cuando lo inscribió a una escuela y desde ahí fue quien lo acompañó a los
entrenamientos y pagó profesores para reforzar el juego y preparar la zurda,
con la que siempre destacó. De su padre heredó la vena futbolística, pero son
su nueva familia formó su responsabilidad y carácter.
A los 12 ya integraba su
primer equipo. James formó parte de la generación que vio estancarse a la
escuadra cafetera en los mundiales. Por ello, deben de significar mucho para él
las palabras del Pibe, su ídolo: “Es el reemplazo que me buscaron por más de diez
años.”
A los 16 años, como capitán
y goleador recibió su primer título. Se unió a la segunda división del Envigado
Fútbol Club, que tiene su sede cerca de Medellín, y allí dio su primera vuelta
olímpica en el fútbol profesional. Eso le valió pasar a primera, pero por muy
poco tiempo. Lo fichó el Banfield, de Argentina, donde se convirtió en el
extranjero más joven en debutar con un gol. Ganó el único campeonato de primera
división de ese equipo.
En Argentina tampoco duró
mucho. Se fue al Porto, donde estaban también Freddy Guarín y Radamel Falcao, y
allí comenzó a enamorar a los europeos. Las cifras lo dicen todo: Tres ligas,
tres supercopas, una copa y una Europa league, y jugador revelación en la Liga
protuguesa.
Fue fichado por el Mónaco
por 45 millones de euros y se convirtió en el segundo jugador colombiano más
caro, después de Falcao.
En el primer partido de
Colombia en el Mundial, James dijo que se cumplía su sueño más grande. Ahora,
ese sueño no tiene fin y sus triunfos se los dedica todo el tiempo a su país.
Ahora espera que las celebraciones le duren mucho más, ojalá hasta su
cumpleaños 23, el próximo 12 de julio.
QUE VIVA NUESTRA SELECCION
Y A USTED JAMES GRACIAS, MUCHAS GRACIAS POR HACER DEL FUTBOL UNA POESÍA.